Una mujer fue brutalmente agredida en Inírida, sus familiares claman por justicia
Foto: Gladys en medio de su recuperación. La foto se publica con autorización de su familia.
Margarita Garzón no tiene certeza de lo que le ocurrió, ni tampoco claridad plena de quién pudo ser su agresor; solo unos indicios. Los hechos sucedieron el pasado 17 de febrero en horas de la tarde, en una zona boscosa junto a la carretera que de Inírida (Guainía) conduce a la comunidad de Guamal.
Margarita, una tolimense de 65 años, fue auxiliada por un desconocido que la llevó al hospital Manuel Elkin Patarroyo de Inírida. Cuando sus familiares fueron avisados por la policía y tuvieron que ir a reconocerla al centro médico, tenía la cara prácticamente desfigurada. Por la gravedad de sus heridas, fue remitida de urgencia a una clínica de Bogotá.
Gladys, la hermana de Margarita, le dijo a EL MORICHAL que a la víctima ya le han practicado al menos cinco cirugías, y oran para que no pierda uno de sus ojos.
Según el relato de Gladys, el día anterior al suceso Margarita había llegado de una comunidad cercana a los Cerros de Mavicure y trajo consigo algunos gramos de oro. Además, el viernes 17 en horas de la tarde, había ido a Inírida a cobrar algunos recursos de un programa de asistencia social del Gobierno nacional. Eso apunta, según los familiares, a que el hecho está asociado a un hurto. “Le robaron $200.000 que había reclamado de Familias en Acción”, dijo Gladys.
La hermana de la víctima aseguró que en el hospital, en algún momento de cordura en medio de su delicada situación, Margarita les contó que el responsable del hecho había sido una persona cercana a ella, que vive en la comunidad de Guamal.
Según Gladys, “un supuesto sobrino, hijo de un hermano que murió hace tiempo, andaba con ella el día del accidente”. Y continúa: “Margarita dice que ese muchacho le estaba pidiendo el dinero, le decía a ella que su abuelo (materno) lo había mandado por la plata. Entonces, Margarita le dijo que ella con menores no hacía negocio y que le dijera al abuelo que hablara directamente con ella. Eso es todo lo que recuerda”.
A ese menor de edad es a quien la familia le endilga la comisión del brutal ataque, y reclaman falta de celeridad de las autoridades frente al proceso.
Consultado por este medio de comunicación, el director de fiscalías de Guainía, Luis Fernando Rojas, aseguró que ante agentes del CTI, el mismo 17 de febrero, la víctima hizo un relato de la forma en que pudieron ocurrir los hechos, y que ella sospecha del joven. Sin embargo, no otorgó a las autoridades la plena identidad del presunto agresor.
Por otro lado, el fiscal precisó que en una valoración médico legal realizada a la víctima el 18 de febrero, la médica consideró que la víctima no estaba en condiciones para dar un consentimiento informado. Por eso no lo han podido tomar.
Eso es justamente lo que reclama la familia. “La fiscalía dice que no han podido tomar el testimonio de ella, pero tampoco valen el de nosotros, siendo que mi hermana nos dijo quién había sido… entonces si mi hermana se muere, no se podría hacer justicia”, aseguró Gladys.
El jefe del ente acusador en Guainía también aseguró que no hay total claridad frente al parentesco entre el presunto agresor y la víctima. “Se están realizando unos actos para establecer la identidad de ese sospechosos, porque la víctima no suministró los nombres del presunto agresor”, dijo Rojas.
El fiscal Rojas detalló que en el marco de las indagaciones del caso han realizado diversas entrevistas y acciones propias de su trabajo. En medio del proceso, cambiaron la calidad del delito por el que debería responder la persona implicada en el caso: pasó de lesiones personales a un homicidio en grado de tentativa.
Justo hoy, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, los familiares de Margarita Garzón piden que se haga justicia.
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