La historia del primer sargento mayor oriundo del Guainía

Por: Julieth de la Espriella 

Con amor, respeto y vocación, así define el sargento mayor, Carlos Javier Varón, su trayectoria en el Ejército Nacional de Colombia, un hombre orgulloso de sus raíces. Y no es para menos, pues fue Guainía, tierra de muchas aguas, quien lo vio nacer y crecer hace 44 años.

Su aventura comienza en el año 1995 cuando salió como bachiller del colegio Instituto Custodio García Rovira. Como todo joven, quería devorar el mundo, así que salió del Guainía, con muchas ansias y anhelo a buscar oportunidades y emprender su carrera universitaria como estudiante de ingeniería de petróleo en la ciudad de Bucaramanga. 

“Por cosas de la vida me estrelle con el Ejército”, indica Varón, ya que uno de los requisitos en ese entonces era tener definida su situación militar para poder ingresar a la universidad.

Frente a esto, decide presentarse a la IV Brigada en Medellín y así definir su situación militar para no tener inconvenientes más adelante. “Estaba en el Atanasio Girardot y había cantidad de personas, yo todo chiquito, blanquito, flaquito y del Guainía, eso nadie me ponía cuidado por allá”. Así pasaron dos días y nadie daba información, “hasta que volví con otra actitud y me emberraqué y me mandaron a sentar por allá arriba”. Lo que Varón no sabía era que esas personas que estaban sentadas junto a él eran los que iban a prestar servicio en la Policía. “Yo me bajé de donde estaba y le dije a la persona que estaba allí, no, yo no voy a ser policía”, relató.

Al referir que era bachiller lo subieron a un camión dando como resultado soldado bachiller siendo de esta manera el inicio como militar hace 26 años.

Desde entonces se entregó con vocación y dedicación al cargo. Como “reclutica” conoció al sargento Bravo, de quien hoy por hoy desconoce su paradero y a quien se refiere como “un ángel”, ya que fue él quien lo persuadió al inicio de su carrera, también lo postuló e insistió de manera poco tradicional y algo drástica a presentarse para el curso de suboficial. “Mi sargento se enamoró de mí, como decimos coloquialmente en el ejército, y me presionó con actividades de centinela con jornadas casi de 24 horas por dos meses ya que no aceptaba ese curso. Yo solo quería definir mi situación militar e irme a estudiar”. 

Finalmente, Varón aceptó el curso. Pasó de ser centinela a estar en un escritorio lleno de libros y realizando ejercicios de matemáticas, trigonometría, electrónica, electricidad. Con disciplina y dedicación logró ocupar el quinto puesto entre 200 con una puntuación de 394/400. Al curso se presentaron dos mil personas pero solo escogieron a 200.

El 1 de septiembre de 1997 logró ascender como Cabo II, esto luego de pasar una serie de filtros, donde llegaron tan solo 25. A partir de ese momento empezó su recorrido en diferentes ciudades del país sirviendo a la patria. Durante esos traslados, por sus logros y antigüedad, fue ascendiendo en la jerarquía militar, logrando su actual rango como sargento mayor, en donde recientemente estuvo por dos años al frente del Batallón de Infantería N° 45 Próspero Pinzón en el departamento del Guainía. 

Pese a este arduo camino, Varón no solamente es un militar consagrado sino un esposo hogareño entregado a Dios y a su familia. Es padre de tres hijas y esposo de una mujer a la cual él define como la mejor copiloto de su vida. En su tiempo de descanso regresa a la tierra de muchas aguas para compartir en su finca con su familia y personas allegadas.

Varón actualmente trabaja en el Cantón de comunicaciones en Facatativá, el mismo lugar en donde inició su carrera militar. El próximo año espera ascender y continuar con su carrera militar. 

Asegura llevar el orgullo de ser el primer sargento mayor que tuvo la tierra de muchas aguas.

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