
Repitencia escolar en Vichada y Guainía: Un reto que exige soluciones urgentes
Escrito por: Eliana Wiesner León y David Katz Asprilla*
Al comenzar el 2025, el sector educativo en Colombia sigue bajo escrutinio, no por sus logros, sino por la creciente preocupación que generan los últimos indicadores del año 2023. Entre los aspectos más alarmantes se encuentra la tasa de repitencia o dicho en palabras más simples el porcentaje de estudiantes que deben repetir un grado escolar en un año, una tasa que de momento es poco alentadora.
Pero qué tal si para comprender mejor esta tasa comenzamos primero por un panorama general del país, para luego centrarnos en los departamentos de: Vichada y Guainía. Según el informe Panorama de la Educación 2024 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Colombia registra la mayor tasa de repitencia en educación primaria y ocupa el tercer lugar en educación básica secundaria entre los 38 países miembros, entre los que se encuentran Chile, Canadá, Bélgica, México, Dinamarca, España, Portugal y Polonia. En educación primaria, el país encabeza la lista con una tasa de repitencia del 5,8 %, una cifra cerca de cinco veces mayor al promedio de la OCDE de 1,5 %.
Este rezago en comparación con otras regiones del mundo se ve intensificado si observamos el más reciente informe de indicadores del Sistema de Información Nacional de Educación Básica y Media (SINEB) 2023. Dicho informe confirma que tanto en los colegios públicos como privados del país se vivió un aumento en el porcentaje de estudiantes que debieron repetir el año. Además, revela que la tasa de repitencia escolar en Colombia alcanzó el 8,1% en 2023, lo que representa un incremento significativo respecto a los niveles previos a la pandemia.
La repitencia del 8,1% es impactante; pero ¿qué quiere decir esto?, pues que, de cada 100 estudiantes, aproximadamente 8 tuvieron que repetir el año escolar. Escenario que nos obliga a analizar esta cifra a profundidad, mirar su comportamiento de los últimos años e incluso indagar sobre sus causas sobre todo en la Orinoquía y la Amazonía, especialmente en los departamentos de Vichada y Guainía.

Según el SINEB entre los años 2021-2023 la región de la Orinoquia experimentó un aumento en su tasa de repitencia en los colegios públicos, siendo Vichada el departamento con los incrementos más significativos. Vamos al detalle. Para el año 2021, la tasa de repitencia en este departamento era de 11%, luego pasó a 14% en el año 2022 y llegó a 17% en el año 2023. Es decir, de cada 100 niños en la región, 11 repetía el año en el 2021, en el 2023 nos estamos acercando a los 17 niños.
Cuando comparamos al Vichada en la Región Orinoquia, los indicadores no son alentadores. En la Orinoquia el promedio regional de repitencia fue del 11% el último año. Vichada se encuentra muy por encima evidenciando una brecha considerable respecto a los demás departamentos de la región.
Saltemos a la región de la Amazonía donde el panorama es similar, puesto que la tasa allí también viene incrementándose. Entre los departamentos más afectados se encuentran Vaupés y Guainía con una repitencia del 16,60 % y 15,70 % respectivamente para el año 2023. Guainía ha mostrado un aumento preocupante, pasando de una tasa del 10,20 % para el año 2021, a una tasa de 15,70% para el año 2023, superando con esta última cifra el promedio regional de 13%. El desafío para la educación en el departamento es serio.
¿Por qué Vichada y Guainía presentan las tasas de repitencia más altas en el año 2023? ¿A qué se debe este fenómeno? Para responder a estas preguntas, es fundamental analizar diversos factores que influyen en la repitencia escolar. Estos factores van desde aspectos individuales y familiares hasta condiciones del sistema educativo, como también el contexto social. Sin embargo, hoy nos centraremos en algunos aspectos relacionados con el contexto social y el sistema educativo, factores macro que de por sí son bastante complejos, pero que intentaremos traer acá de manera breve.
Vichada y Guainía son departamentos rurales lo cual configura su contexto social territorial. El índice de ruralidad, que revela la proporción de la población de un territorio que reside en centros poblados y zonas rurales dispersas, es para el Vichada equivalente al 75%, y Guainía del 54 %. Es decir que cerca de 3 de cada 4 personas en Vichada residen en zona rural, mientras que 1 de cada 2 lo hace en Guainía. Esta realidad incide directamente en la repitencia de los estudiantes, ya que elementos tales como el aislamiento geográfico, el trabajo infantil como medio de sustento familiar e incluso el bajo nivel de escolaridad de los padres influyen en el acceso y permanencia de los niños, niñas y adolescentes en las instituciones educativas.
Vichada y Guainía también se destacan por tener una población mayoritariamente indígena. Según datos del DANE, la población indígena representa un 59% en Vichada y un 75% en Guainía. Este hecho pone de manifiesto la necesidad de ofrecer una educación pertinente que integre la etnoeducación y garantice entornos de aprendizaje de calidad para niños, niñas y adolescentes presentes en las comunidades indígenas. Pero ¿Cómo se logra esto? Según la UNICEF, sólo a través de procesos formativos, acompañamiento y diseño de proyectos curriculares que promuevan el desarrollo de conocimientos y habilidades permitiendo el aprendizaje y el vivir en armonía con: (1) la cosmovisión y los planes de vida de los pueblos indígenas, (2) los saberes y prácticas ancestrales vinculados a los procesos de enseñanza y aprendizaje, y (3) el acceso a una educación de calidad y la igualdad de oportunidades en todos los aspectos de la vida. En una próxima entrega exploraremos con mayor profundidad los avances y retos de Colombia en materia de etnoeducación.
Ahora hablemos sobre las condiciones escolares. Según el Índice Welbin que evalúa el cumplimiento de las condiciones para el bienestar de la comunidad educativa y el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana, se han identificado grandes diferencias entre las escuelas rurales y urbanas en el acceso a servicios básicos como el agua potable. Solo el 40% de los colegios rurales tiene acceso constante y gratuito a agua potable, mientras que en las zonas urbanas esta cifra alcanza el 78%. Esta disparidad refleja la realidad de departamentos como Vichada y Guainía.
Según el Ministerio de Educación, para el año 2022 el 15.5% de las escuelas rurales en Colombia carecían de acceso a electricidad. No obstante, en Vichada y Guainía, se llegan a cifras de 70% y 62%, respectivamente de las sedes educativas que no cuentan con cobertura eléctrica. Una falla que representa un reto significativo para el aprendizaje, al limitar el uso de recursos tecnológicos y afectar negativamente el ambiente educativo en las aulas.

Hablemos ahora sobre el número de estudiantes por docente en las áreas rurales de los departamentos de Colombia, indicador crucial para el sector educativo. De acuerdo con el Ministerio de Educación la media nacional es de aproximadamente 17 estudiantes por docente. Sin embargo, en Vichada y Guainía esta cifra es mucho más alta, alcanzando los 27 y 21 estudiantes por docente, respectivamente. Este panorama nos invita a reflexionar sobre la eficiencia y suficiencia en la asignación de recursos para la educación, y claramente en la calidad de la enseñanza: ¿Será que con tantos estudiantes a cargo un docente podrá apoyar las necesidades específicas de cada estudiante? ¿Será que los estudiantes sí contarán con una adecuada participación para el desarrollo de sus habilidades? Interrogantes que no está demás plantearnos.
En conclusión, las condiciones educativas en Vichada y Guainía muestran disparidades alarmantes que afectan directamente la calidad del aprendizaje. Los problemas estructurales y de contexto, así como la falta de acceso a servicios básicos como agua potable y electricidad, sumada a un elevado número de estudiantes por docente, crea un entorno desafiante para el desarrollo académico. Estos factores inciden de manera significativa en la tasa de repitencia, que es considerablemente alta en ambos departamentos. Las limitadas infraestructuras escolares, la escasez de recursos y el deficiente acompañamiento educativo generan un ciclo de rezago escolar que afecta a muchos estudiantes. Este panorama exalta la urgencia de redirigir los esfuerzos hacia una mejora integral en las condiciones físicas y pedagógicas, con el fin de reducir la repitencia y garantizar una educación de calidad que sea accesible y equitativa para todos.
*Eliana Wiesner León: Economista, con maestría en Gerencia y Práctica del Desarrollo (MDP), maestría en Gobierno del Territorio y Gestión Pública Territorial y especialización en Gobierno y Gestión Pública Territoriales. Consultora con experiencia en el sector público y privado y actual directora de la Fundación Cultural Llano Adentro.
David Katz Asprilla: Investigador doctoral en ciencias sociales y ambientales de la universidad AgroParisTech en el instituto CIRAD, en Francia, y miembro de la Fundación Cultural Llano Adentro.
Quiero un texto argumentativo
OJO, muy bien por la noticia que señala la critica situación de la educación en estos contextos. Pero se sigue señalando a las comunidades por su «salvajismo», «tradición» y condiciones propias, Y NO AL PESIMO MANEJO QUE HACEN LOS COMERCIANTES EDUCATIVOS EN ESTAS ZONAS, QUE NO CONOCEN EL CONTEXTO IDIOMÁTICO, CULTURAL Y DE GOBIERNO PROPIO DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS QUE ATIENDEN, EN SU MAYORÍA, Y QUE TODAVÍA SE ENCUENTRAN BAJO EL DISCURSO CIVILIZADOR Y DOCTRINARIO DEL «CONCORDATO» QUE SE SUPONE TERMINÓ HACE MÁS DE 50 AÑOSE EN EL PAÍS. IMPORTANTE PORFUNDIZAR EN ESTOS CONTEXTOS.