A finales de marzo se reanudarían las visitas en la cárcel de Puerto Carreño
Los ministerios de Salud y Justicia, en conjunto con el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), dieron vía libre a la reanudación de las visitas a las personas privada de la libertad, que se encuentran en las diferentes cárceles del país. Esta medida llega un año después del inicio de la emergencia provocada por la pandemia en Colombia, que llevó al Gobierno Nacional, entre otras medidas, a suspender las visitas a estos lugares para prevenir los contagios de la COVID-19.
Pese a que el centro carcelario de la capital vichadense no está administrado por el INPEC, sí debe cumplir con los lineamientos centrales, explicaron de desde la Alcaldía de Puerto Carreño (Vichada).
El secretario de Gobierno Municipal, Carlos Pardo, le contó a EL MORICHAL que, “hemos adelantado lo pertinente ante el INPEC para cumplir con las valoraciones y poder entrar en este plan piloto de visitas para nuestros privados de libertad, estamos a la espera. Creeríamos que, finalizando el mes de marzo, y una vez nos autoricen, podamos ya contar con una agenda para las visitas”.
Pardo, también indicó que, de ser aprobado, se iniciará el plan de visitas ‘tipo entrevista’ de manera gradual dentro del marco legal y con los protocolos de bioseguridad establecidos, bajo la coordinación de la Secretaría de Salud Departamental y Salud Pública Municipal, para revisar las condiciones de esa población carcelaria.
“Para nadie es un secreto que existe un hacinamiento en el centro carcelario municipal, donde actualmente tenemos más de 110 personas, dos patios compartidos entre hombres y mujeres. Y tocaría establecer visitas graduales para evitar el aforo”, explicó el funcionario.
Una luz para los familiares
“Nos sometemos a los lineamientos que nos indiquen para volver a ver a nuestros familiares, ya que el no tener contacto con ellos ahí dentro ha sido muy duro también para nosotros, hemos vivido la pandemia con una dura economía, con la preocupación del virus y además con la tristeza de no saber nada de ellos en persona, eso me afectó mucho, psicológicamente y emocional también”, dijo la progenitora de uno de los reclusos de la cárcel de Puerto Carreño.
Norelys Tablante, conyugue de otro privado de la libertad, aseguró que “llevo un año sin ver a mi pareja, no ha sido fácil esta espera, no poder hablar con él, mirarlo a los ojos, saludarlo y decirle lo mucho que lo quiero, porque sea lo que haya hecho, somos seres humanos y todos tenemos derechos a una segunda oportunidad en la vida”.