
Preocupación en barrio de Puerto Carreño por exceso de lugares para el expendio de licor
Habitantes del barrio Simón Bolívar en Puerto Carreño (Vichada), ubicado en la franja ribereña del río Meta, en la frontera con Venezuela, han denunciado que se encuentran preocupados por el creciente auge de residencias familiares que son destinadas para la diversión y esparcimiento nocturno. Lugares con expendido de bebidas embriagantes que, demás, proyectan altos niveles de ruido, alterando la tranquilidad de la zona.
“Se ha convertido en una olla podrida que presenta alborotos en días festivos, días de semana, fines de semana y a toda hora”, denunció un miembro de la JAC Simón Bolívar que pidió proteger su identidad.
Según un censo realizado en 2020 por la Junta de Acción Comunal, en el Simón Bolívar residen entre 700 y 800 familias colombiana y 410 familias de migrantes provenientes en su mayoría de Venezuela. Los comunales han dicho que eso representa un importante crecimiento poblacional en el sector, en comparación con años anteriores.
La alta densidad poblacional ha traído nuevos problemas al barrio. Los sitios improvisados para la venta de bebidas embriagantes y fiestas, están por todos lados. “Establecimientos Ilegales hay cualquier cantidad, aproximadamente 18 lugares. Hay familias que prestan sus casas humildes para vender y consumir bebidas alcohólicas, y detrás de eso vienen cantidad de cosas como prostitución y vicios que nosotros como familias de este barrio nos preocupa”, dijo nuestra fuente.
En la opinión de algunos entrevistados por EL MORICHAL, existen varios factores que motivan a estas familias a emprender desde sus hogares bajo el esquema de “la ilegalidad”: la crisis económica que generó la pandemia, la falta de empleo y las escazas políticas sobre el tema migratorio, entre otros.
Desde la Secretaría de Hacienda Municipal explicaron que “actualmente en el sector del Simón Bolívar se encuentran censados e identificados 12 establecimientos”, pero solo uno cuenta con la matrícula de industria y comercio. Es decir que, los demás establecimientos no declaran, ni pagan el impuesto al municipio por la actividad comercial o de servicios que generan. Algunos, incluso, operan en la ilegalidad.
Según Hacienda Municipal, desde el 2020 ha venido realizando de sensibilización a todos los propietarios de negocios a través del programa » Carreño al Día», sobre la importancia y el deber de encontrarse legalmente registrados, y de estar al día con sus impuestos.
Como segunda acción, la administración realiza “revisita” con el acompañamiento de diferentes entidades como la Policía Nacional, Migración y Salud Pública Municipal, verificandp toda la documentación que debe tener el establecimiento para su normal funcionamiento. Dependiendo de lo evidenciado se procede o no al sellado del lugar, indicó la entidad.
Pese a la articulación interinstitucional, la comunidad sigue haciendo el llamado a las autoridades competentes para que realicen de forma exhaustiva los controles. “Deben ponerle un pare a esto, deben llegar a estos sitios, y van a encontrar las ollas podridas que hay. Esto nos puede perjudicar a nuestros hijos”, dijo el integrante de la JAC.