Por: Andrés Felipe Gallego.
Imagen: tomada de Internet.
Inmensa la luz de Luna
Que brota del Orinoco
Tu labio, carmesí, aúna,
Brazas, delirio y sofoco.
Tu bello rostro ‘e sabana
Macollo de mi esperanza
Mi corazón se entabana
Tu voz, que mi dicha afianza.
Verdea el seco sendero
Por lo suave de tus pies
Y es clarito abrevadero
Tus ojos, cuando me ves.
Lanzo mi anzuelo sin prisa
Al río de tu cariño
Lejos, por la dócil brisa,
Ansiando pescar un guiño
Me zumbo en el bello arroyo
Cristalino de tu encanto
Sin buscar suelo ni apoyo,
Me ahogue el mar de tu llanto
Ah malaya, quien pudiera
Ser brioso y cerril corcel
Tendido en febril carrera,
Perdido en tu muda piel…