Más de 100 indígenas de la comunidad de Laguna Niñal sufren la inundación

Por: Cesar Mora - Inírida

Es viernes 30 de agosto de 2019 y niños, niñas, jóvenes, adultos y abuelos de la comunidad de Laguna Niñal desde ‘camaretas’ improvisadas, donde los últimos días han alzado todas sus pertenencias, incluidos perros y gallinas, observan como el agua de la creciente empieza a descender.

Laguna Niñal es una comunidad indígena del Resguardo Loma Alta, Loma Baja, Laguna Niñal y Cocuy, ubicada a unas cuatro horas a motor subiendo primero por el río Inírida y luego por Caño Bocón; en ella viven más de 100 indígenas de la cultura Puinave, quienes han tenido que soportar las aguas de la creciente durante los dos últimos años; “nosotros creímos que este año la creciente no iba ser tan fuerte como el año pasado pero mire la fecha y seguimos con nuestras casas bajo el agua… los más afectados son los niños, ellos son menos fuertes y las enfermedades les da muy duro” nos dice Siderio Acosta Díaz, Capitán de la Comunidad.

La escuela de la comunidad no ha parado sus labores, el profesor y los niños y niñas tienen la fortuna de que su salón de clases tiene un piso más alto y el agua estuvo a quince centímetros de inundarlos, sin embargo, más del 95% de la comunidad está bajo el agua, incluidas las canchas, huertas, casas, cultivos, etc.

Los cultivos de pan coger como plátano, maíz,  yuca, ahuyama y ají no soportan que el agua llegue a su raíz: las matas de plátano y maíz se caen, la yuca y la ahuyama se pudre y el ají se seca. La población sufre la inundación ‘con el agua a los tobillos’ y con ella, gran cantidad de peligros, serpientes, alacranes, ratas; mosquitos y zancudos que producen enfermedades, además, por la pérdida de sus cultivos, en los próximos meses sufrirán la escasez de alimentos y el hambre.

Acosta Díaz también dice que “hace un tiempo nos reunimos con la oficina de riesgos, nos dijeron que debemos buscar un lugar más alto para trasladar la comunidad; la decisión la tenemos que tomar entre todos los miembros, lo mejor es trasladarnos porque es muy difícil perder todo cada año pero aún no hemos tomado la decisión de hacia donde irnos… cuando tomemos la decisión lo dejaremos por escrito en un acta para presentar ante el gobierno”.

La buena noticia es que el agua ha empezado a descender, las lluvias cada vez son menos y las mariposas amarillas, símbolo del verano, revolotean los patios de las casas en Laguna Niñal.

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