Los retos del nuevo obispo de Puerto Carreño
Por: Gardenia Rebolledo - Puerto Carreño (Vichada)
El pasado 8 de junio en la Catedral Nuestra Señora del Carmen de Puerto Carreño tomó posesión como nuevo vicario apostólico de Puerto Carreño el sacerdote Álvaro Mon Pérez, quien tiene una trayectoria religiosa de más de 24 años en diferentes ciudades de Colombia y en Bolivia.
En una entrevista con EL MORICHAL, el presbítero boyacense de 61 años de edad, licenciado en filosofía, magíster en teología y humanidades, dijo que asume con responsabilidad y vocación de servicio misionero la designación o voto de confianza que el Papa Francisco le asignó desde la Santa Sede para con este territorio vichadense.
En su primera semana como obispo de Puerto Carreño, monseñor Álvaro Mon Pérez, el “Obispo misionero”, como él mismo se definió, habló, que además de realizar la santa misa dominical, se ha reunido con sus clérigos para conocer la realidad de Puerto Carreño, su población, las distancias geográficas del territorio, el trabajo que se viene realizando con la feligresía y los recursos físicos y humanos que se tienen para fortalecer la evangelización en el territorio.
“Yo soy consciente que una de las principales labores que uno tiene como obispo, no es ni siquiera la celebración de las eucaristías, si no cómo hacer posible que la iglesia de Puerto Carreño se fortalezca, y para eso tenemos varios retos”, dijo monseñor.
Principales misiones de monseñor Álvaro Mon Pérez
El obispo de Puerto Carreño se plantea, como primeras acciones, motivar, acompañar e incentivar a los que están trabajando en la evangelización, es decir, a los sacerdotes, a los catequistas y a los animadores en la fe. Su segundo desafío es encontrar los recursos materiales necesarios para evangelizar: medios de transportes para que los misioneros puedan llegar a la gente, en los lugares más apartados de la jurisdicción del Vicariato.
En base a su experiencia como misionero dentro y fuera del territorio colombiano, el vicario de Puerto Carreño, hizo énfasis en la necesidad de formar buenos laicos, refiriéndose a las gentes de la población, que sienten su fe católica sin ser sacerdotes ni seminaristas y que hacen vida permanente en el territorio, ya que, muchos de los sacerdotes y obispos están de paso por las regiones.
“Es fundamental formar unos buenos laicos para conformar una buena iglesia y eso es como mi sueño, empezar a trabajar en lo que más se pueda, con laicos que puedan dar respuestas de su fe, con convicción, sin orgullo y prepotencias”, detalló monseñor.
Una apuesta por la paz
El obispo de Puerto Carreño se refirió a que todos son bienvenidos para integrar la iglesia, y señaló que, “debemos construir un mundo que genere esperanza, respeto, diálogos sinceros y formar buenos laicos”.
Monseñor expresó que a lo largo de su misión redentorista y como formador, en esa cercanía con la comunidad ha podido identificar en algunos jóvenes del país “la desesperanza”. Por eso, aseguró, “debemos trabajar para que el joven tenga ilusión para vivir, y que no diga que este mundo está de mal en peor, y esto es tarea de todos. Es una de las grandes tareas que tenemos”.
Por último, el obispo quiso enviar un mensaje de paz y confianza a la población vichadense: “mi mensaje principalmente es de confianza, insisto, que si cada uno aporta lo mejor de sí, se puede tener una mejor esperanza de una vida, más digna para los niños y jóvenes que vienen detrás de nosotros, que no ahorraremos ningún esfuerzo porque la historia se encargará de juzgarnos”.