El brillo de La Esmeralda se disipa en la oscuridad

El Colegio Internado La Esmeralda, ubicado en la inspección La Esmeralda, zona rural del municipio de Puerto Carreño, enfrenta una crítica situación debido a la ausencia de energía eléctrica desde abril de este año. Padres de familia, docentes y directivos denuncian las graves consecuencias que esta carencia trae para la educación continua, el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), y las condiciones de convivencia para los estudiantes internos.

Adelina Subieta, madre de familia y representante de padres, expresó su preocupación: «En mayo, radicamos un oficio a la Secretaría de Educación Departamental solicitando una solución, pero hasta el momento no hemos recibido respuesta ni solución efectiva». La comunidad educativa recolectó firmas y las envió al gobernador, pidiendo una planta eléctrica, pero sus esfuerzos han sido infructuosos.

El Colegio Internado La Esmeralda es una institución organizada, limpia y arborizada, con una cancha deportiva y un lema central que proclama «Yo amo a La Esmeralda». Ofrece educación desde preescolar hasta noveno grado, con una matrícula de 122 estudiantes, de los cuales 64 son residentes escolares o internos.

Sin embargo, esta belleza se opaca cuando cae la noche. A partir de las 5:40 de la tarde, la oscuridad se apodera del colegio, dejando solo el zumbar de las plagas y algunas luciérnagas. El suministro eléctrico depende de plantas eléctricas a base de combustible diésel, pero la situación es precaria.

Subieta explicó: «Hace dos años, había una planta grande, pero la Secretaría de Educación se la llevó y nunca la devolvió. Luego, enviaron una planta más pequeña, pero dejó de funcionar». 

Para los 64 estudiantes internos, la situación es una verdadera tortura. Además del calor y las plagas al dormir, se enfrentan a la incomunicación con sus familiares, ya que no pueden cargar sus teléfonos celulares. Sus actividades diarias finalizan a las seis de la tarde, sin poder recrearse en las canchas deportivas, conversar, leer o utilizar la tecnología en sus ratos de descanso.

La falta de energía también pone en riesgo la calidad de los alimentos que reciben los estudiantes en el colegio. “Al no tener luz, los alimentos que son perecederos se están dañando por falta de refrigeración”, dijo Subieta, la vocera de los padres de familia.

Actualmente, el rector Pedro Antonio Ipuja ha puesto a disposición una planta de cuatro kilovatios de su propiedad para refrigerar los alimentos de los escolares, pero no resuelve el problema.

Los 58 estudiantes externos, aunque regresan a sus casas después de la jornada escolar, también se ven afectados, pues no pueden utilizar el salón de informática ni tener clases interactivas como en otras partes del país.

Los docentes expresan su preocupación por esta situación que les impide educar con calidad. El rector Ipuja afirmó: «Estamos sufriendo esta calamidad energética. Necesitamos una planta de 18 o 20 kilovatios para abastecer al colegio, una planta nueva. He tocado puertas en varios lados, pero no ha sido posible obtener una solución. La Secretaría de Educación me dice que estamos focalizados para un proyecto de energías fotovoltaicas, pero ¿mientras tanto qué hacemos? Necesitamos un servicio energético inmediato y permanente».

Este año, el colegio de La Esmeralda fue beneficiado con 75 tabletas por parte de la Gobernación, pero, “¿cómo las vamos a utilizar si no tenemos luz? Es contradictorio eso”, dice el rector.

El docente Camilo Gómez, líder de la iniciativa educativa «El Tesoro de La Esmeralda», lamentó: «No podemos hacer uso de los recursos tecnológicos para brindar clases más dinámicas, utilizando los equipos que tenemos, porque no tenemos cómo cargarlos. Realmente, es muy complejo».

Desde la comunidad educativa, insisten en que cada parte involucrada debe asumir su rol correspondiente. Instan a la Secretaría de Educación de Vichada y al gobernador del departamento, Alex Benito, a cumplir con las condiciones mínimas para garantizar el derecho a la educación. Por ahora están en vacaciones de mitad de año, pero piden que, al regresar, el 15 de julio, puedan contar con una solución efectiva en materia de electricidad para el Colegio Internado La Esmeralda.

El Morichal buscó respuestas sobre este tema ante la Secretaría de Educación Departamental, pero al momento de la publicación de esta noticia, no había obtenido respuestas.

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