
Comienzan a llegar los electores de las comunidades ribereñas a Inírida
Por: Cesar Mora - Inírida
Cada vez que hay elecciones en el Departamento del Guainía, las comunidades ribereñas del Guaviare, Atabapo e Inírida y sus diferentes caños, deben desplazarse a la capital a ejercer su derecho al voto. Entonces, se ha vuelto común que en los últimos días, antes de la elección, las campañas esperen en el puerto de Inírida a los indígenas y campesinos que llegan a la ciudad.
Debido a que el Departamento de Guainía cuenta con alrededor de 20 puestos de votación gran cantidad de personas deben acudir a estos puntos, que se encuentran en la capital Inírida, Barranco Minas, San Felipe y otros centros poblados del departamento, demasiado distantes entre ellos. Por eso, desde diferentes lugares, principalmente comunidades indígenas y campesinas ribereñas, deben recorrer los ríos y carreteras para llegar al puesto de votación a ejercer su derecho al voto. Los gastos de su desplazamiento y estadía en el lugar de votación, en muchas ocasiones son pagados por los candidatos; éstos, a través de sus campañas proporcionan el combustible, bongos, motores, carros y casas para los electores. Aunque algunos de los hechos anteriores pueden ser catalogados como delitos electorales, en el Guainía se han normalizado y ocurren incluso frente a las autoridades de policía.
Y es que el recibimiento de las personas en el puerto de Inírida, por parte de las campañas de los candidatos, es toda una lucha por acaparar a los votantes. Por estos días, las sedes de campaña se desplazaron al puerto de la ciudad, desde muy temprano, empieza a llegar el personal de campaña de Iral, Palomar y Sánchez, se distribuyen los espacios y están pendientes a que aparezca un bongo o voladora para correr al agua y pelearse por hablar con el jefe del viaje, brindan un carro que tienen esperando, que los lleva a una casa donde podrán estar hasta el día de la elección. En ese momento, ofrecen de todo, comida, transporte, informar los puestos y las mesas de votación, etc. Entre gritos y pitos, los votantes salen del bongo y se dirigen al carro por el medio de unas vallas de seguridad puestas por la Policía Nacional, como “vaca que se dirige al matadero”.
Ya en la casa, los votantes son vigilados por personal de la campaña del candidato, les llevan comida y esperan el domingo de la votación para llevarlos en carros a los puestos de votación. Algunas personas afirman, que esto es propio de la fiesta de la democracia, sin embargo, lo que para unos parece una fiesta, para otros es una clara muestra de delitos electorales.
Para Alejandro Garzón, habitante de Inírida, “esto se ha visto hace muchos años, a la gente le parece normal… luego de las votaciones aparecen denuncias de que los candidatos que no ganan, dejan a los indígenas en las casas sin comida y sin combustible para devolverse a sus comunidades; creo que nos acostumbramos a ver esto, pero puede haber delitos en la forma en que se hace”.
Todo esto ocurre a la vista de quien quiera observarlo; solo diríjase al puerto de la ciudad y podrá corroborarlo. Guainía está declarado por la Misión de Observación Electoral –MOE-, como un departamento sin riesgo electoral, tal vez, debido a esto, no se observa presencia de las instituciones de control en el lugar. Sin embargo, los ciudadanos pueden denunciar los casos de fraude electoral ante las autoridades competentes a nivel nacional, a través de la página https://moe.org.co o el portal https://www.pilasconelvoto.com quienes monitorean y observan los procesos electorales en el país y reportan irregularidades del proceso.