¡Aquí estamos y aquí nos quedamos!

«LA EDUCACIÓN ES UNA DE LAS HERRAMIENTAS MÁS IMPORTANTES QUE TENEMOS PARA ERRADICAR LA POBREZA»… (ELLINOR HASS)

Por: Hugo Tamayo

Compartiendo la concepción de que solo a través de la educación un pueblo o una región pueden salir de su pobreza, y esforzarse por alcanzar su bienestar y desarrollo, veamos cómo estamos:

En Colombia se calcula la pobreza según el dinero que entre a nuestros hogares(ingresos monetarios de los hogares), pero también a través del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), que es la otra forma de medir la pobreza y evalúa cinco aspectos en  los hogares colombianos, para nuestro caso, vichadenses: servicios públicos y condiciones de la vivienda, la situación educativa en los hogares, el trabajo y la salud; con estos aspectos los hogares que no tengan o carezcan en un 33% de esos indicadores son considerados pobres.

¿Para qué estos indicadores de pobreza?, para saber ¿cuántos somos los pobres?, ¿qué tan pobres somos los pobres? y ¿cómo se distribuye el ingreso dentro del grupo clasificado como pobre? (cómo nos gastamos lo que ganamos).

Según el Departamento Nacional de Estadística (DANE), «los departamentos de La Guajira con un 84,5 %, Vichada con un 80,6 %, Guainía con un 75,8 % y Vaupés con un 75,4 %, tuvieron los mayores índices de pobreza para la población residente en el área rural dispersa censada”. Eso quiere decir que en los aspectos como se evalúa la pobreza, Vichada arroja pésimos resultados.

Ahora, los resultados del tercer censo agropecuario, publicado por el DANE, dentro de los municipios más pobres de Colombia, nos supera Chocó con 21 Municipios y en Vichada se registran La Primavera, Santa Rosalía Y Cumaribo.

Veamos ahora nuestro panorama educativo desde las aulas de clase que según lo que planteábamos “es una poderosa herramienta”. La información recolectada en las mesas de construcción participativa del Plan de Desarrollo Departamental “Construyamos Vichada” nos muestra que los principales problemas encontrados son: “ausencia de docentes para cubrir la demanda estudiantil y baja cobertura en los niveles de preescolar, básica secundaria y media, principalmente en las zonas rurales del departamento. Hacinamiento de niños en las aulas y mal estado de los establecimientos educativos e internados. Mala alimentación en los internados. Escasa oferta de programas de educación superior.  Mala calidad de la educación y bajo aprendizaje y desempeño escolar de los estudiantes. Inconsistencias y demoras en el pago de profesores. Limitaciones de los docentes para acceder a estudios de posgrado. Alto índice de analfabetismo. Deficientes condiciones para atender el servicio educativo, generando alta deserción escolar (9,54%)”. En esto tendremos que trabajar, pero desde lo departamental y municipal se están adelantando las tareas. Al parecer, ¡nos toca sacarle mucho filo a esta herramienta! .Grandes son las dificultades pero no menor el esfuerzo, trabajo  y compromiso para superarlas.

Pero hay una educación, una herramienta que no solo ha  estado con buen filo, que no viene de las aulas y en la que la mayoría se han graduado con honores, la llamaremos “Educación de la Vida “, pues lo que somos está relacionado con todos los procesos de aprendizajes que adquirimos en los entornos en los que nos desenvolvemos a lo largo de nuestra vida y que determinan muchas de nuestras actitudes y aptitudes frente a la solución de problemas y dificultades a las que nos vemos enfrentados. La forma de saludar, las palabras que utilizamos para expresarnos, los usos y costumbres, la manera de expresar nuestra inconformidad y enojo, de suplir nuestras necesidades básicas y de hacer nuestro dinero y hasta la forma en que nos enamoramos. Todos estos aprendizajes constituyen parte de nuestra educación. Ésta va más allá de la adquirida en los centros educativos y es la que nos hace ser lo que somos, “vichadenses”.

¿Cómo resolvemos los problemas los vichadenses? Una primera respuesta sería: “pues como nos han y  hemos educado”, siendo  los educadores de las tierras del Vichada los que llegaron primero con sus ancestrales formas de vida, la evangelización con todo su proceso de colonización,  otros educadores que llegaron con una idea avasalladora de violencia armada (que incluye todos los actores armados) de la posesión de la tierra, de corredores y zonas estratégicas donde la Coca fue fundadora de municipios y centros poblados; no comercializando precisamente con dinero y considerando que en ese entonces, de la tierra se derivaba el sustento; había abundancia, bien fuera de dinero, o de coca, que ante las políticas de erradicación de cultivos hoy solo son un recuerdo de quienes vivieron esa época de una ilusión de  abundancia, pues ese fue un medio por  el cual se obtenían posesiones, de las que hoy muy pocos conservan. Luego vinieron a educarnos los que quieren las riquezas de nuestro subsuelo, diciéndonos que es mejor el dinero que el agua. Posteriormente llegaron los que dijeron que la Altillanura seria la despensa de Colombia, y vinieron de lejos a comprarnos la tierra y con los días se reunieron en la Habana, Cuba, y nos han venido educando diciéndonos que en el Vichada hay unas tierras que no son de nadie, las que llaman baldías, y las pocas que tienen dueño, según ellos, deben asociarse con los que tienen buena inversión para que las puedan explotar (Ley Zidres).

Digamos que hasta aquí nuestros educadores nos han dado elementos para que podamos resolver el presente, requiriendo de dar a los habitantes del Vichada alternativas económicas agropecuarias sostenibles. Desde nuestro histórico, tres generaciones hacia atrás, se ha formado parte de la educación que los hijos de la tierra vienen recibiendo, donde los hijos del futuro se preguntan por qué son rociados desde el cielo con venenos… por qué secan nuestros ríos subterráneos para sacar minerales e hidrocarburos, destrozando nuestra riqueza eco sistémica, y acabando con lo que para nosotros es bueno.

En fin, en cada una de estas etapas resolvimos los problemas que se presentaron. Tuvimos la violencia y la muerte como docentes de primer orden, nombrados en propiedad; pero también la convivencia y la paulatina aceptación de esta naciente forma de vida, con su particular proceso educativo, llegó para enseñarnos que ya no podíamos sembrar nuestro sustento y debíamos cambiarlo por otros. Hoy en día nos dicen que somos importantes y que los adinerados, los grandes empresarios, están muy interesados en asociarse con nosotros para acabar con la pobreza del campo; ¡es decir, con nosotros!

Quizás usted amable lector tenga una respuesta, al igual que dolor y mucho sacrificio, y su actual situación económica sin ser la ideal, tampoco es de pobreza, pues no es pobre quien vive en su tierra y sus pies, descansan sobre la bravura de este suelo, porque no es pobre quien se cobija con la esperanza de que el mañana tiene mejores cosas que labrar y que nuestro destino lo labramos nosotros, no solo los que tienen  Capital. No nos ha tocado fácil y mejores tiempos estamos construyendo, así no sepamos muy bien para dónde vamos, de una cosa sí estamos seguros: ¡aquí estamos y aquí nos quedamos!

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