Zozobra en la ‘triple frontera’
Foto portada: San Felipe. Cortesía Paola Ricardo
Grave y preocupante. Así califican los habitantes de San Felipe la situación por la que están atravesando debido a la presencia de Covid-19 del lado venezolano y brasileño de la ‘triple frontera’.
Al frente de San Felipe, pasando el río Negro, está el municipio de San Carlo de Río Negro (Estado Amazonas, Venezuela) que cuenta con 11 casos positivos de coronavirus. Y más abajo, el municipio de San Gabriel de Cachoeria (Estado Amazonas, Brasil), con quien los corregimientos guainianos de esa zona tienen una estrecha relación comercial, se acerca a los 600 casos positivos de Covid-19.
La preocupación de la población gira en torno al casi nulo control fronterizo por parte de las autoridades militares. Paola Ricardo ha apelado a sus redes sociales para denunciar la situación. “La Armada Nacional solo patrulla acá al frente del puerto principal (de San Felipe). No cubren la parte de arriba donde más solicitamos presencia porque es uno de los puntos más frágiles”, aseguró Ricardo a este medio de comunicación hace algunos días.
Esa información es ratificada por Helver Murcia, un comerciante que también ha utilizado su Facebook para exponer la realidad que los agobia. “La verdad es que no hay presencia de la armada custodiando el río. Nosotros nos organizamos, vamos a lo puntos débiles”, explico.
En San Felipe se organizaron y junto a la guardia indígena de la comunidad de Cangrejo están haciendo cumplir unas medidas que como sociedad civil decidieron implementar. “Estamos haciendo un toque de queda después de las dos de la tarde y hasta las cinco de la mañana”, dijo Murcia. Paola indicó que “hemos estado muy serios con eso. La gente no sale para nada en la tarde”.
Según el comerciante, a la guardia indígena le dieron “voladoras con motor para que ellos hicieran patrullaje, para que devuelvan a los venezolanos”.
Si la seguridad les preocupa, los servicios de salud les aterra. “No contamos en este momento con ninguna infraestructura adecuada, ni el personal, ni los insumos necesarios para afrontar toda esta situación”, dijo Ricardo.
“En San Felipe no hay nada, en la secretaria yo fui a pedir dos tapabocas y eran de uso personal de los funcionarios”, manifestó Murcia.
El único hospital de la zona está ubicado en San Felipe, y según los pobladores cuenta con dos médicos, una bacterióloga, un jefe de enfermería, un enfermero y un auxiliar de odontología. Pero no tiene los insumos para atender una emergencia de tal magnitud.
Como plan de acción la Gobernación de Guainía y Coosalud alistaron un lugar para recibir a las personas que lleguen a presentar la enfermedad, pero los casos complejos deberán ser remitidos a Inírida o el interior del país.
Esta semana, con ayuda de la Fuerza Aérea la Gobernación de Guainía envió a San Felipe “equipos médicos, alimentos, elementos de bioseguridad y combustible, todo esto para cubrir las necesidades que se presentan en la comunidad debido a la crisis generada por el Covid-19”, según una publicación de la entidad en redes sociales.
Por su parte Coosalud anunció a mediados de mayo que “conscientes del riesgo latente en Guainía por compartir fronteras con Brasil y Venezuela, la EPS asumió el envío de 1.000 pruebas para toma de muestras en la zona fronteriza, en áreas urbanas y rurales, con el fin de realizar tamizaje y una vigilancia epidemiológica más rigurosa”, indicó Coosalud.
Encerrados en La Guadalupe
Pero si en San Felipe llueve, en La Guadalupe no escampa. Es el corregimiento de Guainía ubicado en el extremo más oriental del departamento. Allí viven siete familias que suman en total 32 habitantes, en su mayoría indígenas.
Según denuncia el capital de la comunidad, Felipe Silva, hace varios días se encuentran “encarcelados”. “No podemos salir pa’ ningún lado. Para abajo no podemos ir porque está Brasil y allá está el virus y, para San Felipe tampoco porque desde que aparecieron los casos en San Carlos, allá no dejan entrar a nadie”, aseguró Silva.
Podrían sufrir desabastecimiento
Históricamente el sector colombiano de la ‘triple frontera’ ha dependido de Brasil para abastecerse de los productos de consumo diario. Pero la presencia de la pandemia limitó ese intercambio comercial y tiene a San Felipe al borde del desabastecimiento.
“La mayoría de las cosas de comercio dependían en un 70, 80 por ciento de San Gabriel… lo que es el arroz, el azúcar, prácticamente todo se traía de Brasil”, dijo Paola Ricardo. Además, aseguró que en este momento no se consigue un huevo, pollo o verduras en San Felipe.
Para el transporte de carga desde Inírida hacia San Felipe se utiliza la vía Huesito, pero en Caño Pato la construcción de un puente (que aún no está terminado) y el ferri en malas condiciones impiden el tránsito para los tractores, que son los únicos que tiene la capacidad de movilizarse por esa carretera.
“Estamos en desabastecimiento muy grande, y necesitamos alimentos”, reclama el comerciante Helver Murcia.