
Editorial: ¿Una reforma tributaria para la corrupción?
El alboroto que despertó la radicación del proyecto de reforma tributaria por parte del Gobierno colombiano ante el Congreso de la República poco a poco se ha ido apagando. Sin embargo, las opiniones frente a este asunto siguen divididas.
Quienes la defienden argumentan que la reforma es urgente y necesaria, mientras que sus detractores la tildan de perjudicial, sobre todo para la clase media-baja.
¿Por qué urgente y necesaria? Desde el Gobierno han manifestado que en el Estado existe actualmente un ‘hueco fiscal’ enorme que se produjo por la reducción del precio del barril del petróleo, en cuyas exportaciones se fundamentaban los recursos con los que el Ministerio de Hacienda presupuestaba los gatos de la nación.
Entonces, la mejor solución a esta situación, según el gobierno, es implementar una nueva reforma tributaria que permitiría recaudar en promedio 7 billones de pesos por año, adicionales a los que ya se vienen recibiendo por tributación.
Entre los puntos que incluye la reforma están el incremento de tres puntos al IVA, que pasará del 16% al 19%. La reducción del tope en la declaración de renta, el impuesto a las bebidas azucaradas y el ‘monotributo’ que deberán pagar los pequeños negocios del país (tiendas de barrio, peluquerías, panaderías etc.).
De otro lado, senadores como Claudia López, critican que la reforma golpea principalmente a los sectores populares del país, pues el incremento del IVA o el ‘monotributo’ incrementaría circunstancialmente el valor de los productos que cotidianamente adquieren las personas de estrato medio-bajo.
López asegura que lo realmente podría dar resultados no es la reforma sino combatir la corrupción que, según un informe de Caracol Noticias, llega anualmente a los 22 billones de pesos. “Esos $22 billones representan el triple de lo que busca recaudar el Gobierno, de aprobarse la reforma tributaria, que en el 2017 serían $7 billones y en el 2018 serían $8 billones”, expresa el informe del medio de comunicación.
Además de la corrupción, la evasión impide que se recauden miles de millones de pesos anualmente en impuestos. Casos como el de Panama Papers dan luces de que pequeños y grandes empresarios se las ingenian para hacerle trampa a DIAN, y de paso, a todos los colombianos.
Entonces, ¿cuán efectiva va a ser la reforma tributaria si no se toman medidas drásticas contra la corrupción o la evasión de impuestos? Algo está claro en este país: entre más presupuesto público haya para inversión más grande será el robo que hagan los políticos y contratistas.