“Sembradores de esperanza”

Por: Julio César Hidalgo

Todos los años el 15 de mayo se conmemora el día del maestro, ese profesional de la educación al que sus estudiantes llaman de manera cariñosamente “profe”, “pro”, “teacher”… Recuerdo a muchos de mis profesores de escuela y de colegio. A cada quien le debo gratitud porque contribuyeron a mi formación como persona y como profesional.

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, define la palabra profesor de una manera muy básica: persona que ejerce o enseña una ciencia o arte. Bastante elemental este concepto, pues el rol del profesor ha evolucionado; ahora no es el maestro simplemente un transmisor de conocimientos, sino que ha adquirido un conjunto de facetas muy necesarias para poder hacer más efectivo el aprendizaje en sus estudiantes; es por eso que muchos teóricos de la pedagogía moderna dicen que el profesor es facilitador, motivador, comunicador, tutor, investigador, diseñador, evaluador, autodidacta, etc.

Recuerdo que muchos de mis maestros nos decían en el colegio “Muchachos no traguen entero”. Actualmente, los especialistas piden a los educadores desarrollar en los estudiantes el “Pensamiento crítico”, que en resumidas cuentas es lo mismo; pero ese pedido se convirtió en una amenaza para el magisterio en Colombia, sucedió en Cali hace un mes, cuando la profesora Sandra Caicedo le dejó a sus estudiantes un taller sobre los llamados “falsos positivos”, la JEP y en general sobre el conflicto armado en Colombia, hecho que suscitó una polémica en el país, la profesora recibió acusaciones apresuradas y desobligantes de todo tipo. Muchos quisieran que los estudiantes “traguen entero” y que poco o nada reflexionen sobre la realidad de sus territorios. Desarrollar el pensamiento crítico en los estudiantes no es adoctrinar o sembrar odio; es permitirles cuestionarlo todo, más allá de que sean simples espectadores obedientes.

Andrés Oppenheimer, en su libro “¡Sálvese quien pueda!, El futuro del trabajo en la era de la automatización”, en el capítulo denominado ‘El futuro de los docentes’, dice que el papel de los docentes como transmisor de conocimientos ha quedado rebasado, que la educación debe ser algo más que impartir conocimientos técnicos y que debemos pensar en el aspecto moral, y hacer que los estudiantes sean buenas personas, solidarios, empáticos y puedan tomar decisiones desde el punto de vista moral y ético. Es por eso que hoy más que nunca los maestros, en las circunstancias actuales que atraviesa el país, no debemos ni podemos renunciar a seguir cumpliendo con nuestra misión, así incomodemos a muchos, pues nuestra misión y vocación va más allá de comentarios infundados.

Hace pocos días dialogaba con un ingeniero, me decía, “profe es que ustedes los maestros son sembradores de esperanza, hoy en día lo que soy, quizás sea el conjunto de los sueños de mis propios profesores”. Esas palabras me motivaron a escribir esta columna y a decirle a la sociedad que los maestros no somos generadores de violencia, no incitamos al vandalismo, ni mucho menos a la destrucción del otro; por el contrario creemos y fomentamos civilidad, solidaridad, empatía,  autonomía, dialogo, trabajo en equipo, el liderazgo, resiliencia; pero sobre todo esperanza, porque la escuela es constructora de ciudadanía, sueños y territorio de paz por excelencia. Colegas, Sigamos haciendo la tarea. La educación es el camino.

¡Feliz día Maestro!

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