Reflexiones de ejercer el periodismo en Vichada
Por: Edwin Suárez - Director periódico EL MORICHAL
El Vichada me apasiona, es mi vida. Recorrer sus sabanas es la sensación más maravillosa que hasta el momento he podido sentir como ser humano. Siempre tengo ganas de estar en sus caminos, de observar sus morichales, de navegar por sus ríos y arroparme bajo sus noches estrelladas.
El gran amor por esa tierra que hace más de 60 años acogió a mis abuelos venidos del sur del país, que vio crecer a mi madre, y que hoy me hace sentir orgulloso de ser llanero y vichadense, me motivaron a devolverle un poco frente a todas las maravillas que me ha dado: darle vida a EL MORICHAL y llegar con algo de información hasta sus gentes.
Pero este quehacer periodístico no ha sido fácil. Hace dos años empezamos a moldear esta iniciativa que hoy es referente de información para quienes habitan esos 105 mil kilómetros cuadrados que tiene el Vichada, pero también, con elmorichal.com, informamos a los vichadenses que viven en cualquier parte del país y el mundo.
Lo primero que aprendí es que a pesar de que Vichada es el segundo departamento más grande de Colombia, el fanatismo político lo hace ver tan pequeño y lo convierte en una dicotomía en la que ‘estás conmigo o estás contra mí’. Y así uno haga todo lo necesario por mantenerse al margen, la misma gente lo va acomodando a uno en una de esas dos orillas, de las cuales intento alejarme.
Otra enseñanza que he tenido es que a la dirigencia política le cuesta entender cuál es papel real de un medio de comunicación. Quieren un comité de aplausos aun cuando la función real del periodismo es ejercer contrapoder: decirle a los poderosos que tienen el poder cuáles son las cosas que están haciendo mal.
Con EL MORICHAL conocí el amor verdadero por esta profesión. Descubrí que uno puede levantarse a las cuatro de la mañana a escribir un artículo, y saber que el único pago de ese sacrificio es que alguien con ansias espera poder leer esa noticia.
Y haber logrado sacar 19 ediciones impresas, de 24 posibles, es una gran satisfacción en lo personal. Hay gente que nos ha contactado para contarnos que guarda cada ejemplar como un tesoro, y que quieren seguir leyendo y guardando los que están por venir. Otros nos han llamado a pedir que les regalemos un ejemplar de esta o aquella edición que por algún motivo no pudo conseguir cuando circuló, pero quiere tener completa su colección. Esas personas son las que pagan todo el esfuerzo y sacrificio de quienes junto conmigo trabajan para mantener a flote y en el rumbo correcto este barco.
Por eso, pese a que hoy es el día del periodista, nuestra verdadera razón de ser son ustedes, los lectores. Todo nuestro respeto y agradecimiento.