
¿Para qué elegimos diputados y concejales en Vichada?
Por: Yidis Gahona Rodríguez.
El hecho político más importante para el país en los próximos días serán las elecciones regionales. Por tanto, dedico estas líneas a discutir lo que deberían hacer los próximos diputados del Vichada y los concejales de Puerto Carreño, Cumaribo, La Primavera y Santa Rosalía. Aspiro también a que lo plasmado aquí sirva como referencia para que los electores voten por personas capaces de cumplir con lo que la Constitución Política demanda.
Empecemos por los números. ¿Cuántos diputados tiene nuestro departamento?, ¿cuántos concejales tiene cada uno de los municipios? La respuesta a la primera pregunta es 11, pero profundicemos en lo que ocurre con los cabildantes. La legislación colombiana establece que los municipios cuya población no exceda los 5.000 habitantes, tendrán 7 concejales, como es el caso de Santa Rosalía. A partir de 10.001 y hasta 20.000, los miembros de los concejos serán 11, lo cual aplica para Puerto Carreño y La Primavera. Finalmente, las localidades que cuenten con una población de 20.001 hasta 50.000 personas elegirán 13 concejales, situación que se presenta en Cumaribo.
El control político es la función más importante que tienen que adelantar estos servidores públicos, tarea que consiste en vigilar que los gobiernos departamentales y municipales cumplan con las responsabilidades para las que fueron elegidos, así como los propósitos que se trazaron en campaña. Igualmente, deben velar por una pertinente, eficaz y transparente ejecución presupuestal y, de ser necesario, llevar a cabo mociones de censura contra los funcionarios de las administraciones territoriales que no desempeñen idóneamente sus roles.
Ahora bien, en campaña los candidatos nos prometen que de llegar a alcanzar una curul, construirán acueductos, vías y hasta generarán empleo, ante lo que surge el cuestionamiento sobre la veracidad de sus afirmaciones. ¿Pueden los diputados y concejales llevar a cabo acciones para mejorar la vida de los habitantes? Por supuesto, pero es una labor secundaria, respecto a la que me refería con anterioridad. Sin embargo, a través de las ordenanzas – para el caso de las Asambleas Departamentales – y los acuerdos – para los concejos municipales -, los elegidos deben impulsar iniciativas para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos, la superación de la pobreza y el disfrute de un ambiente sano, entre otras labores.
Pese a que su rango de acción es relativamente restringido, existe otra tarea clave que adelantan diputados y concejales y es la de la coadministración, pues ellos dan vía libre a asuntos vitales para las entidades territoriales, como el plan de desarrollo del mandatario, las metas de endeudamiento, los programas de turismo, de obras públicas, de las actividades en las que se puede usar el suelo del departamento o del municipio, así como el presupuesto para cada año de gobierno.
Así las cosas, más que considerar que quienes aspiran a la Asamblea del Vichada o a los concejos de nuestros cuatro municipios tendrán las soluciones a nuestras problemáticas en sus manos, los votantes precisamos de dos cosas: en primer lugar, de cambiar nuestras ideas acerca del quehacer de diputados y concejales y, en segunda instancia, de elegir personas con las habilidades necesarias para hacer un monitoreo permanente al ejercicio del poder del próximos gobernador del departamento y los alcaldes municipales.