Negacionismo de la COVID-19 evitaría tener mejor control sobre la enfermedad

Artículo elaborado por periodistas de EL MORICHAL y la Emisora Juventud Estéreo (San José del Guaviare).

Aunque las cifras del COVID en el país parecen alentadoras y la llegada de una vacuna podría estar a la vuelta de la esquina, la realidad es que frente a la pandemia no se puede bajar la guardia. No se trata de tener miedo, pero sí respeto frente a una enfermedad que todavía no tiene cura y ha provocado la muerte de casi 35 mil colombianos y que se acerca al millón y medio de personas fallecidas en el mundo en menos de un año.

Desde junio de este año el ministro de Salud Fernando Ruiz Gómez ha manifestado esta preocupación. “En la medida en que la gente piense que ya no hay que guardar distancias, que podemos volver a la vida como era normalmente, este tema se nos puede complicar», dijo el funcionario en ese entonces. Sin embargo, desde que sabemos de la existencia del SARS-CoV-2, los bulos podrían haber estado detrás de la muerte de cientos de personas, de acuerdo con un estudio publicado por The American Journal of Tropical Medicine and Hygiene el pasado mes de octubre.

Las redes han sido la mejor vitrina para evidenciar la incredulidad de la gente frente a la enfermedad. “No saben que por cada paciente COVID son 30 millones de pesos que le cobran a la EPS…. así es”, manifestó Luna Sibo el 3 de agosto en una de las publicaciones de EL MORICHAL en Facebook, cuando apenas se reportaban los primeros casos en el departamento de Vichada. “Necesitan COVID positivo en el Vichada. De alguna forma lo harán llegar o se lo inventarán”, manifestó Fonseca Patricia el 3 de agosto en otra publicación de esa red social. Y así sucesivamente un rosario de comentarios sin mayor fundamento sobre el tema.

En una encuesta virtual realizada por el periódico El Morichal y la emisora de San José del Guaviare, Juventud Estéreo, el 86.5% de las personas afirman creer en la existencia de la COVID-19, pero un 13.5% de los encuestados no lo ve como un peligro para la salud y la vida. No todos sostienen que el virus no existe. Algunos sí creen en él, pero afirman que ha sido el fruto de la creación humana, ya sea por intereses económicos, políticos o de cualquier país preparado para declararle la guerra a otro.

Uno de nuestros encuestados anónimos afirma que la enfermedad existe, pero no la considera un peligro, pues cree que representa un peligro solamente para las personas con un sistema inmunológico super débil, “pero para el resto de la población no es un peligro del que deban preocuparse” y manifiesta que algunas medidas de bioseguridad son un poco exageradas. Tampoco está de acuerdo con las cuarentenas y aislamientos.

De otro lado, en la encuesta algunas personas mencionaron que la pandemia es una realidad, que puesta desde diferentes puntos estratégicos (politiquería, religión, economía, sanidad) es un genocidio mundial para encubrir cambios venideros de toda índole, con el objetivo de llenar los bolsillos de algunos y cumplir con lo dispuesto para el mal llamado «nuevo orden mundial».

Guillermo Fouce, psicólogo español y presidente de Psicólogos Sin Fronteras menciona ante esta situación que el miedo al desempleo, al contagio (por mucho que se niegue) e incluso a un nuevo confinamiento hace que las personas busquen respuestas que les sirva de apoyo para superar la crisis. “Una de las peores cosas que llevamos los seres humanos es la incertidumbre (…) Si alguien viene a resolverte las cosas de manera que no tengas que pensarlas mucho y que sean un atajo, aunque sea mentira, combates la incertidumbre y ya te sientes mejor”, explicaba Fouce a la agencia EFE.

Probablemente el negacionismo de la COVID-19 ha llevado a no tener un mayor control sobre el virus. En un artículo de prensa de finales de octubre la ONU escribió que “El director de emergencias de la Organización Mundial de la Salud alertó que no se podrá controlar la pandemia si no aplican las medidas de salud necesarias dentro de las comunidades como el distanciamiento social, evitar multitudes, y usar mascarillas, algo que es “imposible” si todavía hay gente que cree el problema no existe”.

De hecho, Michael Ryan, persona a la que se refiere el artículo de la ONU, declaró durante la conferencia bisemanal de la Organización que “Nuestro problema y nuestro gran desafío es que no todos hacen eso, no todos tienen el conocimiento para hacerlo, no todos aceptan que esto es lo que se debe hacer, porque no creen en esta enfermedad, no creen que tenemos una pandemia en nuestras manos, ¿Cómo podemos convencer a alguien de que haga algo si no creen que hay un problema? Es imposible pensar en esto”.

Proyectos comunicativos como el de Somos Enlace generaran esos espacios de información que le permiten exponer las consecuencias de la COVID-19 y sensibilizar a la población sobre la importancia de cuidarse durante la pandemia, sin embargo, se trata de un esfuerzo en el que todos los actores sociales deben participar.

El artículo de la ONU, en palabras de Ryan, precisa que “Los gobiernos deben persuadir a las personas de hacer lo correcto, pero necesitan apoyarlos para que lo hagan, por ejemplo, si tienen que estar en cuarentena, deben tener acceso a los alimentos, a conectividad de internet, necesitan contacto con sus familias”.

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