“Lo que se negocia en La Habana no es la paz sino una de las tantas guerras del conflicto”, ex guerrillero centroamericano.

Para muchos expertos internacionales y analistas políticos Colombia tiene afán de paz. No obstante los colombianos debemos intentar  mirarnos en otros espejos y aprender de ellos. Hace algunos días, en una entrevista radial, el ex presidente Andrés Pastrana Arango dijo que Colombia seguía meticulosamente los pasos de Venezuela y compartiría su futuro de seguir como va. Ahora bien, los colombianos nos preguntamos: ¿será tan oscuro el presente de Colombia que si nos miramos en otros espejos, como el de Venezuela, espantamos? La verdad es que conflictos como el colombiano han existido en muchas partes del mundo al igual que negociaciones para alcanzar la paz.

Dagoberto Gutiérrez, hoy, es analista político y docente universitario. Pero es famoso y recordado por haber sido comandante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), un grupo rebelde que se convirtió en partido de centro/izquierda en El Salvador. Desde su experiencia con los conflictos en países centroamericanos reflexionó sobre el presente de Colombia. EL MORICHAL dialogó con él desde su casa en San Salvador.

DIEGO REYES: Todos los colombianos estamos interesados en que se silencien los fusiles en nuestro país, pero a la tan anhelada paz le han surgido muchos detractores. Desde la otra orilla en donde usted se encuentra: ¿cómo analiza la situación de Colombia?

DAGOBERTO GUTIÉRREZ: La guerra de Colombia es diferente a la guerra en El Salvador, al igual que también será diferente la paz. Conviene decir que hay paz en una sociedad cuando una inmensa mayoría de dominados acepta y legitima el poder de una minoría de dominantes y son los dominantes que declaran la paz en una sociedad. Toda paz por esas circunstancias nace de la guerra. Hay paces negociadas pero siempre hay una base militar de la paz. Cuando hay una negociación esto significa que ninguna de las dos partes puede derrotar militarmente a la otra. A su vez las partes necesitan paz para desarrollarse social y económicamente.

DR: En Colombia pareciere que existe un afán por firmar un acuerdo de paz y no se ha informado debidamente a los colombianos sobre cada uno de los puntos del acuerdo, tanto así que muchos ciudadanos han dicho que quieren la paz pero no saben a qué costo…

DG: Colombia es una sociedad en guerra, pero una sociedad compuesta por varias guerras. La guerra más larga es la que tiene que ver con las FARC que fue producto de una violencia bipartidista. Hoy en día estamos hablando de una negociación de una sola guerra, es decir, están pendientes muchas otras guerras. La característica de todos los acuerdos que se logran en una negociación es que son verificables y una negociación resuelve una guerra más no el conflicto.

DR: ¿Por qué todos estos procesos de paz terminan siendo procesos elitistas?

DG: Puede ser así porque los que negocian son los que han participado directamente en la guerra. No siempre en los procesos se resuelve la participación de qué otros actores participan en la negociación.

DR: Pero ¿cómo negociar con una guerrilla que ha perdido su filosofía y ahora se sustenta en el narcotráfico?

DG: Bueno, pues todo eso explica que las FARC está interesada en terminar una guerra que ya no es conveniente ni para ellos ni para el país. El punto importante es que la guerrilla está dispuesta a terminar esa guerra que es solo una de las tantas que tiene Colombia.

DR: Todos los colombianos queremos la paz pero ¿qué hacer cuando las FARC exigen prebendas que tienen que ser consignadas en la Constitución y todos los privilegios costeados por los colombianos?

DG: No hay que confundir el fin de la guerra con el fin del conflicto. La paz es mucho más completa y no es la ausencia de la guerra. Lo que se está negociando es el fin de una guerra pero no la paz. Hay que resolver las otras guerras que están en pie  para alcanzar la verdadera paz.

DR: ¿Esto quiere decir que en este juego de palabras no nos están diciendo toda la verdad?

DG: Pero claro que no. Por eso es que la gente debe aperarse con ideas propias. Hay que definir a qué le van a llamar paz, guerra y conflicto. Están muy equivocados si piensan que en la mesa de negociación se está resolviendo el conflicto.

DR: Cree usted que si no existe una claridad en el país sobre el significado del proceso con las FARC ¿esto provocaría enrarecer más el ambiente del país?

DG: Así es. Miren la revuelta que hay hoy con los campesinos en su país. Colombia es un país con una importante organización y eso se está viendo en la mesa de negociación. Lo que deben tener en cuenta, y lo repito, es que la solución del conflicto no está en la mesa de negociación.

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