«La segunda oportunidad»

Por Julio César Hidalgo

Según la Constitución Política de Colombia, el Presidente de la República es jJefe del Estado, Jefe del Gobierno, Comandante de las Fuerzas Militares y de Policía; y suprema autoridad administrativa. Simboliza la unidad nacional y al jurar el cumplimiento de la Constitución y de las leyes, se obliga a garantizar los derechos y libertades de todos los colombianos.

Gustavo Francisco Petro Urrego se posesionó ayer 7 de agosto como Presidente de la República. Desde 1819 cuando Simón Bolívar fuera el primero a comienzos de la era republicana, los colombianos hemos tenido 108 elegidos en el cargo más importante del país.

El pasado 19 de junio en su discurso de victoria, Gustavo Petro anunciaba la justicia social, la justicia ambiental y la paz total como los tres pilares de su programa de gobierno, por lo que inmediatamente convocó a todos los sectores políticos y a la sociedad en general, a un gran acuerdo nacional para lograr un país más incluyente y justo.

En esa misma línea y después del discurso del presidente del Congreso y con la presencia de la Espada de Bolívar, el ya posesionado Presidente Petro anunció su decálogo de compromiso con el pueblo colombiano:

1. Trabajaré para conseguir la paz verdadera y definitiva. Como nadie, como nunca. Vamos a cumplir el Acuerdo de Paz y a seguir las recomendaciones del informe de la Comisión de la Verdad. El ‘Gobierno de la Vida’ es el ‘Gobierno de la Paz’. La paz es el sentido de mi vida, es la esperanza de Colombia. No podemos fallarle a la sociedad colombiana. Los muertos se lo merecen. Los vivos lo necesitan. La vida debe ser la base de la paz. Una vida justa y segura. Una vida para vivir sabroso, para vivir feliz, para que la dicha y el progreso sean nuestra identidad.

2.. Cuidaré de nuestros abuelos y abuelas, de nuestros niños y niñas, de las personas con discapacidad, de las personas a las que la historia o la sociedad ha marginado. Haremos una «política de cuidados» para que nadie se quede atrás. Somos una sociedad solidaria, que se preocupa y ocupa del prójimo. Que su Gobierno también lo sea. Haremos una política sensible al sufrimiento y dolor ajeno, con herramientas y soluciones para crear igualdad.

3. Gobernaré con y para las mujeres de Colombia. Hoy, aquí, empieza un gobierno paritario y con un Ministerio de Igualdad. ¡Al fin! Con nuestra vicepresidenta y ministra Francia Márquez vamos a trabajar para que el género no determine cuánto ganas ni cómo vives. Queremos igualdad real y seguridad para que las colombianas puedan caminar tranquilas y no temer por sus vidas.

4. Dialogaré con todos y todas, sin excepciones ni exclusiones. Este será un gobierno de puertas abiertas para todo aquel que quiera dialogar sobre los problemas de Colombia. Se llame como se llame, venga de donde venga. Lo importante no es de dónde venimos, si no a dónde vamos. Nos une la voluntad de futuro, no el peso del pasado. Vamos a construir un Gran Acuerdo Nacional para fijar la hoja de ruta de la Colombia de los próximos años. El diálogo será mi método, los acuerdos mi objetivo.

5. Escucharé a los colombianas y colombianos como he venido haciendo en todos estos años. No se gobierna a distancia, alejado del pueblo y desconectado de sus realidades. Todo lo contrario: se gobierna escuchando. Vamos a diseñar mecanismos y dinámicas para que todo colombiano se sienta escuchado en este Gobierno. No quedaré atrapado entre las cortinas de la burocracia. Estaré cerca de los problemas. Caminaré al lado y junto a los colombianos de todos los rincones. Solo quien está cerca puede entender y ponerse en el lugar del otro.

6. Defenderé a los colombianos y colombianas de las violencias y trabajaré para que las familias se sientan seguras y tranquilas. Lo haremos con una estrategia integral de seguridad. Colombia necesita una estrategia que vaya desde los programas de prevención hasta la persecución de las estructuras criminales y la modernización de las fuerzas de seguridad. Las vidas salvadas será nuestro principal indicador de éxito. El crimen se combate de muchas maneras. Todas imprescindibles. Quiero defender a las familias colombianas de la inseguridad diaria y cotidiana: sea de la violencia machista o de cualquier otra violencia.

7. Lucharé contra la corrupción con mano firme y sin miramientos. Un Gobierno de «cero tolerancias». Vamos a recuperar lo que se robaron, vigilar para que no se vuelva a hacer y transformar el sistema para desincentivar este tipo de prácticas. Ni familia, ni amigos, ni compañeros, ni colaboradores… nadie queda excluido del peso de la Ley, del compromiso contra la corrupción y de mi determinación para luchar contra ella.

8. Protegeré nuestro suelo y subsuelo, nuestros mares y ríos. Nuestro aire y cielo. Nuestros paisajes nos definen y nos llenan de orgullo. Y, por eso, no voy a permitir que la avaricia de unos pocos ponga en riesgo nuestra biodiversidad. Vamos a enfrentar la deforestación descontrolada de nuestros bosques e impulsar el desarrollo de energías renovables. Colombia será potencia mundial de la vida. El Plantea Tierra es la «casa común» de los seres humanos. Y Colombia, desde su enorme riqueza natural, va a liderar esta lucha por la vida planetaria.

9. Desarrollaré la industria nacional, la economía popular y el campo colombiano. Sin distinciones ni preferencias. Vamos a acompañar y apoyar a todo aquel se esfuerza por Colombia: el campesino/a que se levanta al alba, el artesano/a que mantiene viva nuestra cultura, el empresario/a que crea trabajo. Necesitamos de todos y todas para crecer y redistribuir riqueza. La ciencia, la cultura y el conocimiento es el combustible del siglo XXI. Vamos a desarrollar la sociedad del conocimiento y la tecnología.

10. Cumpliré y haré cumplir nuestra Constitución. La que dice en su artículo 1: “Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general”. Desarrollaremos, también, una nueva cobertura legal para hacer sostenible, justo e igualitario nuestro desarrollo. La ley, como dice Paolo Flores d’Arcais, es el poder de los que no tienen poder. Necesitamos mejores leyes, nuevas leyes al servicio de las grandes mayorías y garantizar su cumplimiento. Confío mucho en que los debates en nuestras asambleas legislativas sean fructíferos y ofrezcan resultados para la sociedad colombiana. Hay mucha tarea y confío plenamente en nuestros representantes. 

Finamente, el presidente Gustavo Petro se dirigió a la Casa de Nariño, al pasar por la Plaza de Armas recibió honores por parte de la cúpula militar, después fue recibido con una fría bienvenida por el expresidente Duque. Luego de un breve recorrido al interior de la casa presidencial donde saludó primero a las señoras del servicio, procedió reunirse con los ministros designados y a firmar sus respectivos nombramientos; a quienes advirtió que los ojos de todos estarían sobre ellos, por lo tanto, les pidió cero tolerancias con los actos de corrupción, trabajar con el pueblo y aprovechar cada segundo del gobierno porque tenían poco tiempo para lograr las transformaciones que necesita el país.

El 7 de agosto de 2022 se dividió en dos la historia política de Colombia, ya que se posesionó el primer presidente de izquierda o de corte progresista. Su discurso nada pugnaz y por el contrario reconciliador, es bastante esperanzador.

Los colombianos deseamos un verdadero cambio.

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