Inseguridad en Inírida: ¿percepción o realidad?
En las últimas semanas se han incrementado los casos de hurto en la ciudad de Inírida. Atracos a mano armada, hurto de celulares a transeúntes y robo a establecimientos comerciales, son algunos de los hechos más recientes.
En días pasados EL MORICHAL relató el caso del hurto a mano armada del Súper Giros del afrente del estadio municipal, así como el caso del asesinato de una pareja en la zona del puerto de Inírida; y en los últimos días se conocieron algunos casos más que dejan en evidencia la inseguridad que viven los habitantes del municipio.
En primer lugar, el caso de Dina Leydi Acosta, a quien le robaron el celular a inicio de esta semana; ella se encontraba hablando por teléfono frente a su casa, en el barrio La Primavera II, frente al EMAUS, alrededor de las ocho de la noche. Según Dina, “tenía el celular en la mano, un muchacho pasó y me arrebató el celular, yo intenté correr pero el ladrón corre más rápido y no pude alcanzarlo”; la joven dio aviso a las autoridades de policía pero no lograron hallar a quien hurtó su teléfono.
En segundo lugar, a Bernardo de 62 años de edad, conocido cariñosamente como “Poro-Poro”, el día lunes 10 de junio en horas de la noche, lo atracaron en su billar. Él estaba entretenido organizando la música en el computador cuando dos hombres jóvenes con acento venezolanos, entraron hasta donde estaba, lo amenazaron con un arma de fuego, lo golpearon, lo tiraron boca abajo al piso y le amarraron las manos. “Buscaban plata, pero al ser lunes no había muchas ventas”, se llevaron sólo el celular que tenía en el bolsillo. “Esa misma tarde había pagado la energía y otras deudas, de no ser por eso me hubieran robado bastante dinero”, relata Bernardo.
Un tercer caso le sucedió al señor Ronald Guzmán, propietario de la prendería RH Joyería, donde en la madrugada de este martes 11 de junio, amigos de lo ajeno aprovechando la intensa lluvia, entraron por el techo a la parte trasera del inmueble, (donde funciona el taller), y usando las herramientas de fundición que Guzmán utiliza para su trabajo, los delincuentes calentaron la puerta de seguridad, la doblaron e ingresaron a la joyería. El propietario calcula que, entre joyas en elaboración, oro puro y prendas en reparación, el costo de los elementos perdido está entre los 14 y 15 millones de pesos.
Guzmán dio aviso a las autoridades de policía a través del número del cuadrante, quienes hicieron presencia en el lugar de los hechos para empezar las investigaciones correspondientes, también, instauró la denuncia ante la Fiscalía. “Con la entrada de venezolanos, han llegado muchos malandros y eso está incrementando la inseguridad en el pueblo”, concluye el joyero.
Para el Alcalde de Inírida, Camilo Puentes, la inseguridad es una situación que se ha venido incrementado en Inírida, por el arribo masivo de inmigrantes, pues muchos de ellos ya vienen con un prontuario delictivo desde su país. “Ha habido cierto incremento en casos de hurto y otro tipo de delincuencia, debido al crecimiento de la población por la migración venezolana al departamento y al municipio… nosotros no teníamos ese problema de hurto, de asesinatos, de atracos, nosotros no sabíamos que era eso hasta hace un año que verdaderamente ha incrementado la población. Y el pie de fuerza es muy poco, son aproximadamente 300 policías para 27.000 habitantes”, manifestó Puentes hace dos semanas en una entrevista en RCN Radio.
Como esta problemática fue uno de los temas expuestos en el Taller Construyendo País el pasado 8 de junio en Inírida, el Presidente de la República ordenó realizar un consejo de seguridad en el mes de julio para revisar la situación de inseguridad que vive el Guainía.