Inírida testigo de un hecho sin precedencia, Semana Santa a puerta cerrada
Por: María Esperanza Castro
Monseñor Joselito Carreño Quiñones, en un hecho sin presedencia, celebró la eucaristía de Domingo de Ramos, día de entrada de Jesús de Nazaret a Jerusalén, acompañado por diez personas.
En la homilía, monseñor recordó la pasión y humildad, que debe orientarse al camino del servicio que nos salva la vida; hoy, en el contexto social de la pandemia recordó, que los verdaderos héroes son los médicos, las enfermeras, que se dan así mismo para salvar a los demás, los campesinos que trabajan la tierra para alimentarnos.
Monseñor invitó a pensar en todo el bien que se puede hacer, y al momento que ésta cuarentena significa, para la reconstrucción del tejido social tan importante como es la familia, y que hoy, se encuentra en un alto grado de disfuncionalidad y grave crisis.
Invitó a recordar la vida de ese hombre llamado Jesús de Nazaret, preocupado por los demás, entregado al servicio de los más pobres y necesitados. Todos los que nos declaramos sus seguidores, debemos vivir la vida que él vivió y dar la vida si es preciso como él la dió en el bién de los demás.
El mensaje debe ser: vivir en actitud reflexiva la vida en ésta semana santa, una reflexión a profundidad sobre nuestro plan de vida, a interiorizar para conocer el sentido de nuestra existencia, y a profundizar, sobre la vida que estamos viviendo.
También fué un mensaje de entrega de quienes luchan por el cuidado y defensa de los abandonados, a pensar menos en nosotros, pensar más en las desigualdades que tan agudamente dejan los sistemas de gobierno tanto capitalistas como socialistas y a buscar la justicia social y la paz.