
Incendio forestal arrasó con mil hectáreas en una reserva ambiental de Puerto Carreño y compromete la biodiversidad
El estruendoso sonido de las voraces llamas de fuego quemando el pastizal y el bullicio de los pájaros huyendo por los cielos grises, alertaron en la tarde de ayer al equipo de conservacionistas de la reserva natural Bojonawi. Un incendio que se prolongó por varias horas arrasó con más de mil hectáreas de sabana, bosques, morichales, árboles nativos y animales de la zona.
“Para nosotros es bastante doloroso saber que ecosistemas que hemos estado conservando desde hace quince años en territorio y en la reserva puntualmente, se vean afectados de esa forma”, dijo Erika Gómez, coordinadora de Bojonawi (que significa “perro de agua” en lengua sikuani).
La reserva, ubicada sobre el río Orinoco, a unos cuarenta minutos aguas arriba de Puerto Carreño, o a dos horas por tierra, ha sufrido desde el 10 de enero tres incendios: el primera arrasó con aproximadamente 250 y el segundo se presentó en sus linderos, cerca al cerro Morrocoy. En el primer caso, presumen desde Bojonawi, fue provocado por personas que ingresaron sin permiso al predio. “Se observaron huellas de motos ingresando hacia los caños. No tenemos pruebas, pero se nota desde donde inició el fuego”, explicó Gómez.
El incendio más reciente se presentó ayer en horas de la tarde y arrasó con unas mil hectáreas. “Se vieron afectados bordes de bosques de galería, plantaciones de árboles nativos, plantaciones que llevan allí aproximadamente 5 años y las que se hicieron el año pasado para la conmemoración del aniversario de la Fundación Omacha, donde asistieron muchas instituciones de Puerto Carreño”, dijo la coordinadora de la reserva.
La conflagración fue extinguida con el apoyo de Gestión del Riesgo Municipal y los bomberos de Puerto Carreño. “Duramos alrededor de cuatro horas para poder hacer el proceso de extinción, control y liquidación del incendio”, dijo Óscar Diaz, coordinador de Gestión de Riesgo de Puerto Carreño. “La causa no se sabe, presuntamente alguien pudo haber ocasionado el incendio, pero se desconoce quién”, manifestó.
Peligro para la flora y la fauna
Para los propietarios de la reserva natural y quienes colaboran día a día con el mantenimiento ecológico vital de las especies y la subsistencia de estos ecosistemas biológicos, la situación se torna más que lamentable, y empieza a preocupar.
“El tema biológico es preocupante, estamos hablando de especies que tienen como refugio en esta zona, hemos monitoreado a través de cámaras trampas en la reserva y hemos encontrado especies muy importantes”, dijo Gómez.
Es de resaltar que, desde el año 2009, la Fundación Omacha ha sembrado en la reserva aproximadamente 300.000 árboles, restaurando ecosistemas naturales, conectando sabanas con bosques de galería para propiciar los corredores biológicos para la fauna de la región.
“Hemos trabajado arduamente por restaurar y ampliar estos corredores biológicos de especies importantes como jaguar, puma, danta, picure, lapas, armadillos, tortugas charapas, tortugas sabaneras, terecay, nutrias, osos palmeros, que son especies que están en estado crítico de amenazas”, explicó la coordinadora de Bojonawi.
Sin embargo, pese a que emplean estrategias de protección y prevención como cortafuegos en épocas en la temporada seca, las candelas siguen siendo un peligro inminente. En un video, Rubén Grisales, trabajador de la reserva, registró el inicio del fuego en los secos pastizales de Bojonawi. Con voz entrecortada manifestó impotencia por lo que veían sus ojos. En otro video, posterior al incendio, Grisales grabó un milagro en medio del desastre: una cría de “guala”, un ave de la zona, se salvó inexplicablemente de las llamas.
El llamado de quienes trabajan preservando el medio ambiente, es urgente y está dirigido a los entes de control, a las administraciones de orden local y departamental, para realizar un plan de gestión preventivo frente a los incendios que se presentan en el departamento.
“El fuego no se combate cuando está la candela prendida, el fuego se combate con acciones previas”, dijo Erika Gómez, de Bojonawi. “No hay que esperar que la candela esté encima de uno para mirar que se va hacer, esto es un trabajo arduo que se debe organizar de la mano con organizaciones como nosotros y otras que están prestos a apoyar al tema técnico”.
Gómez también solicitó “escarmiento para las personas que están ocasionando estos daños”. “Tiene que hacer cumplir los decretos y normativas frente daños ambientales”, recalcó.