Plaza de mercado en Inírida: una millonaria inversión al borde del precipicio

La plaza de mercado de Inírida, en el departamento de Guainía, lleva meses recorriendo el largo camino que recorren las obras que en Colombia se convierten en elefantes blancos. El contrato para su construcción se firmó el 28 de diciembre del 2021 y debía finalizar el 31 de julio del 2022. En la actualidad, con más de 20 meses de retraso, la obra se encuentra suspendida y sin un panorama claro de finalización. 

La vieja plaza de la ciudad, una infraestructura deteriorada y de aspecto decadente ubicada en el centro de Inírida, debía ser renovada porque ya no estaba cumpliendo la función de congregar a los vendedores y compradores interesados en los diferentes productos de la región. La mayoría de comerciantes, a lo mucho, utilizaban sus locales del gran bodegón que era el antiguo mercado, como bodegas individuales para guardar los productos, las carpas y los carritos ambulantes que todos los días se dispersaban por las calles de la ciudad.

Así se encuentra la obra de la plaza en la actualidad.
Así se encuentra la obra de la plaza en la actualidad.

El primer empujón para sacar adelante el proyecto lo dio en 2019 el exalcalde Camilo Puentes (2016 – 2019) -quien en ese mismo año resultó involucrado en el megaescándalo de corrupción que hoy tiene condenados a los exgobernadores Óscar Rodríguez (2012 -2015) y Javier Zapata (2016 – 2019)-, cuando le solicitó al presidente de entonces, Iván Duque (2018 – 2022), los recursos para la reconstrucción de la plaza.

El proyecto se consolidó a mediados del 2021, bajo la administración del exalcalde Pablo Acosta (2020 – 2023). El Departamento de Prosperidad Social aportó la totalidad del dinero necesario para la reconstrucción de la plaza de mercado: $5.815 millones. La nueva infraestructura, de dos pisos, contempla más de 50 locales distribuidos en 1.500 metros cuadrados. 

La obra le fue adjudicada al Consorcio Plaza Inírida 2021 (el único proponente), representado legalmente por Giovanny Alexander Delvasto Arenas, un reconocido comerciante de Inírida, muy cercano al representante a la Cámara por Guainía Carlos Cuenca. En redes sociales hay rastro de la familiaridad entre los dos: compartieron espacio durante el mundial del 2014 en Brasil, un viaje a Estados Unidos para ver una carrera de autos de carrera o diferentes reuniones privadas.

De hecho, en un artículo publicado por El Espectador en noviembre del 2022, titulado “La presunta compra de votos por la que irá a juicio el congresista Carlos Cuenca”, el nombre del contratista Delvasto salió a flote: “Y, como si fuera poco, Alexander Delvasto Arenas, más conocido como Burro mocho, sobrino de Zulma y Óscar Gerardo, y actual gerente de la empresa Depósito Villavicencio, fue fotografiado con su motocicleta en una casa humilde de Inírida mientras descargaban allí, al parecer, materiales de construcción”, se lee en la nota periodística. 

En general, el representante Cuenca lleva años recibiendo el apoyo de la familia Delvasto. A su vez, esta se ha beneficiado de esa cercanía con el congresista: Óscar Gerardo Delvasto Lara (alcalde de Inírida por Cambio Radical -el mismo partido de Cuenca- durante el periodo 2012 – 2015) y Zulma Esmeralda Delvasto Lara llevan un largo periodo integrando la Unidad de Trabajo Legislativo (UTL) del político guainiano. Los Delvasto son dueños del Depósito Villavicencio, un establecimiento ubicado en Inírida, desde el cual, según una denuncia que ya hace curso en la Corte Suprema de Justicia, se habrían comprado votos a favor de Cuenca durante las elecciones del año 2014.

Fue justamente el congresista guainiano quien impulsó la gestión del proyecto ante el Gobierno nacional. Así quedó registrado en una publicación de la Alcaldía de Inírida en Facebook el 3 de junio de 2021, en la que se anunció la protocolización del convenio de la plaza. Entre el 20 de julio del 2019 y el 19 de julio del 2020 Cuenca fue el presidente de la Cámara de Representantes, uno de los cargos políticos más importantes del país. Desde esa posición un congresista tiene línea directa con los ministros y hasta con el mismo Presidente de la República. Cualquier solicitud es concedida con facilidad por parte del ejecutivo, que necesita, en buena medida, de la ayuda del máximo directivo de la Corporación para que sus proyectos tengan éxito en el legislativo. 

El representante Cuenca también fue cercano al alcalde Pablo Acosta, quien le otorgó el contrato de la plaza de mercado a Delvasto Arenas. Cuenca apoyó la campaña del exmandatario municipal en 2019, e impulsó diferentes gestiones a nivel nacional que favorecieron a la Alcaldía de Inírida entre 2020 y 2023. 

Durante el mandato de Acosta, Giovanny Alexander Delvasto Arenas obtuvo siete jugosos contratos con la Administración municipal, incluyendo el de la plaza de mercado. Esos contratos ascienden a los 10.400 millones de pesos, y excepto el de la plaza, corresponden a suministros de elementos como motores fuera de borda, bongos y vehículos tipo moto o motocarguero.

En agosto de 2022, recién empezó la obra de la plaza a tener retrasos, este medio de comunicación consultó al representante Cuenca por la coincidencia entre su cercanía con el contratista y el exalcalde Acosta. El congresista confirmó a través de WhatsApp su amistad con la familia Delvasto, pero no respondió a las preguntas enviadas, argumentando que era un “tema que no es de resorte de mi trabajo legislativo como Representante a la Cámara”. 

EL MORICHAL también contactó a Delvasto Arenas por Facebook para obtener un comentario al respecto, pero no contestó los mensajes.

Fachada de la antigua plaza de mercado de Inírida. Año 2020. Archivo El Morichal.
Parte interior de la antigua plaza de mercado de Inírida. Año 2020. Archivo El Morichal.

Las suspensiones de la obra

La construcción de la obra inició el 30 de marzo del 2022, tres meses después de la firma del contrato, y debía estar lista el 31 de julio ese mismo año. Sin embargo, 20 meses después de la fecha de entrega, el proyecto presenta un avance físico del 74% y se encuentra suspendido.

Desde que arrancó el contrato, la obra ha tenido dos suspensiones: la primera fue de un mes, entre el 4 de mayo y el 3 de junio del 2022; la segunda inició el 14 de julio del 2023 y está vigente hasta el 30 de abril del 2024. 

Dando respuesta a un derecho de petición interpuesto por este medio de comunicación, la Alcaldía de Inírida dijo que, “se han suscrito tres prórrogas al contrato, motivadas principalmente por la necesidad de llevar a cabo actividades relacionadas con la revisión y ajuste de diseños, la necesidad de realizar ajustes en las cantidades de obra y las dificultades en el suministro de materiales debido a limitaciones en el transporte”.

Los retrasos de la obra llevaron a la Controlaría General de la Nación a poner la lupa en el proyecto en agosto del año pasado. El ente de control encontró “falencias en la estructuración del proyecto y en la estimación de los términos de ejecución, lo que ha generado que la estructura no cumpla con la finalidad para la cual estaba destinada”.

Como la denuncia de la Contraloría tuvo impacto nacional, la emisora La W, de Bogotá, entrevistó al contratista Delvasto. “Es imposible hacer una obra en cuatro meses en Guainía”, le dijo Delvasto a los periodistas del programa Sigue La W. Y reconoció que le han pagado el 70% del valor del contrato: “Hemos ejecutado 4.288 millones”, precisó.

En ese espacio radial, Delvasto detalló que los 5.815 millones de pesos iniciales no son suficientes para terminar la obra: se necesita una adición presupuestal de 2.400 millones. “Para llegar a feliz término hay que generar la adición”, dijo, alegando que, como la obra se proyectó en 2019, pero se firmó el contrato en 2021, hubo incremento en el costo de materiales. 

Sin embargo, en esa entrevista en La W, Delvasto se contradijo. Primero justificó la solicitud de la adición por incremento de costos en los materiales y luego dijo que tuvieron que solicitarla porque se hicieron “unos cambios y modificaciones a ciertos ítems dentro del contrato: Carpintería metálica, la red contraincendios y una parte de la red eléctrica”. 

El Consorcio Plaza Inírida 2021 está integrado por Giovanni Alexander Delvasto Arenas, quien tiene una participación del 95%, y la empresa Ingelec S.A.S, con el 5% restante. Que el accionista mayoritario sea el que menos experiencia tiene en construcción e ingeniería, llama la atención. Ingelec lleva años desarrollando proyectos de infraestructura en el sur del país, en departamentos como Nariño y Putumayo. 

Por eso, también resulta inverosímil que los contratistas no se hayan percatado de que el sistema de la red contraincendios o una parte de la red eléctrica estuviera mal diseñado o no se hubiera contemplado en el proyecto.  En su página web, Ingelec se presenta como una empresa experta en “construcción de instalaciones eléctricas en edificaciones”, dedicada, además, “al desarrollo de proyectos en ingeniería eléctrica, civil, mecánica y electromecánica” y la “consultoría en estudios y diseños en ingeniería civil (estructural, arquitectónico, hidráulica y sanitaria)”.

Según la Alcaldía, hasta la fecha no se han efectuado adiciones presupuestales al proyecto, lo que significa que la conclusión de la obra está en entredicho. Delvasto dijo en La W que, para llegar a feliz término con el proyecto, “hay que generar la adición (presupuestal)”. De no darse, manifestó, terminaría la obra tal y como fue contratada inicialmente. Si esto ocurre, la plaza de mercado enfrentaría dificultades para su apertura al público, al no contar, por ejemplo, con la debida red contraincendios o una adecuada red eléctrica.

Por ahora, la fecha de terminación contractual establecida es el 18 de mayo de 2024. No obstante, explicaron desde la Alcaldía, “se están realizando trámites administrativos entre las partes involucradas para concretar ajustes que impliquen la adición de actividades necesarias para la ejecución adecuada del proyecto, por lo que se estima una ampliación de tiempo de ejecución del contrato”.

En unos meses, quizá años, sabremos si el proyecto de la plaza de mercado de Inírida logró hacerle el quite al fantasma que persigue a muchas de las obras en nuestra región: el de convertirse en un elefante blanco.

Así se encuentra la obra de la plaza en la actualidad.

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