En San Felipe reclaman un corregidor. Según la Secretaría de Gobierno de Guainía, está próximo a llegar

El silencio de San Felipe apenas lo interrumpe el murmullo del río Guainía. Weymar Peña, funcionario del DANE, camina por las calles polvorientas buscando una autoridad que no existe. Viene a censar las unidades económicas del corregimiento, pero no hay nadie a quien informarle. Ningún corregidor, ningún presidente de junta, nadie que pueda darle un aval oficial.

«No hay a quién informarle», repite Peña, condensando en una frase la ausencia administrativa que carcome desde hace meses este rincón olvidado del departamento.

“Lo primero que uno hace al llegar es buscar al corregidor para informarle de las actividades que uno va a realizar, pero aquí no había nadie. Ni corregidor, ni junta de acción comunal, ni siquiera alguien que asumiera un rol temporal. Tuvimos que explicarle a la gente directamente, de casa en casa”, cuenta Weymar a través de un audio de WhatsApp, tal vez encogiendo los hombros.

San Felipe no tiene corregidor desde finales de agosto, han dicho los habitantes del corregimiento. Carlos Martínez Hidalgo, secretario de Gobierno de Guainía, desde Inírida, confirma la ausencia del funcionario. Salió hace 45 días por una calamidad familiar, pero nunca regresó.

Este último corregidor, según los habitantes, antes de marcharse dejó la siguiente constancia: no había herramientas para trabajar. Ni computador, ni radio de comunicación, ni papelería. “Nada de elementos oficiales”, dice Jenny Barón, una habitante del corregimiento, quien repite esas palabras como un mantra que resume el abandono de este territorio, como una metáfora del abandono institucional.

En San Felipe, el río es la carretera y las canoas y los bongos son el único medio de transporte. Luis Carlos, como tantos otros colonos, se las arregla para sobrevivir con lo que tiene: una pequeña tienda que abastece a los habitantes de lo poco que pueden pagar. “Aquí no hay agua potable, no hay luz, no hay servicios básicos. Y sin un corregidor, ¿a quién le reclamamos? Este año entero lo hemos pasado así, sin nadie que nos escuche”, dice por WhatsApp, con una voz aplomada que se mezcla con los sonidos del río que corre en la lejanía.

Luis Carlos señala que las pocas ayudas que llegan, están destinadas exclusivamente a las comunidades indígenas. Aunque reconoce que estas comunidades necesitan apoyo, reclama que los colonos, como él, son olvidados por completo.

“San Felipe es un corregimiento invisible para el resto del departamento. Aquí los políticos solo aparecen cada cuatro años, y después, nada. Este es uno de los lugares más olvidados del Guainía”, asegura con amargura.

Martínez Hidalgo, el secretario de Gobierno, le dijo a EL MORICHAL que hace quince días firmó la resolución de nombramiento del nuevo corregidor, William Camico. “Debería estar llegando este viernes para asumir sus funciones”, dijo, con un tono que mezcla compromiso y resignación.

El secretario subraya que la figura del corregidor es vital en territorios no municipalizados como San Felipe. Son ellos quienes gestionan las necesidades sociales, tramitan documentos oficiales y actúan como representantes directos de la Gobernación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *