En Casuarito les tocó sacar el trapo rojo

Los trapos rojos se tomaron Casuarito. Desde muy tempranas horas de la mañana de hoy, en las fachadas de muchas viviendas humildes, tiendas y almacenes colgaban banderines de color rojo, como un grito de auxilio económico y alimenticio que claman estos hogares y establecimientos.

“La idea es llamar la atención de las autoridades, del Gobierno nacional, departamental y municipal. Tenemos hambre y no tenemos trabajo, ni formas de mantener a nuestras familias, estamos aguantando necesidades”, manifestó un residente de la inspección de Casuarito.

Aldineves Hoyos, comerciante en esa población fronteriza, explicó que “Somos 600 habitantes de esta localidad, estamos necesitando el apoyo oportuno del gobierno. Tenemos el comercio totalmente en cero desde que cerraron la frontera. Tenemos tres castigos: la cuarentena, ley seca y el cierre de la frontera”, manifestó.

Por su parte, Ana Cecilia Quintero, también representante del sector comercio, indicó que “el gremio de comerciantes de acá de Casuarito estamos pasando un momento demasiado difícil, porque los clientes de nosotros son en un 100% habitantes venezolanos y hasta el momento llevamos dos meses y siete días con la frontera cerrada, no hemos vendido absolutamente nada. Estamos preocupados porque tenemos mercancías a punto de vencerse y ese es el capital de trabajo de nosotros. Así mismo, tenemos deudas. Estamos a punto del cierre financiero de nuestros negocios, necesitamos alguna estrategia para la subsistencia”, dijo Quintero.

El presidente de Junta de Acción Comunal de la inspección, Jairo Correa, solicitó ayuda del Gobierno. “Aquí no hay fincas, no hay industria, ni fábricas, no hay empleo, hay veda y no tenemos una base productiva donde la gente se pueda sostener económicamente, solo el sector comercio de Casuarito y hoy día, también está padeciendo esta crisis. Se debe reconocer que el motor económico en nuestro pueblito depende en un 100% de la población venezolana. Se debe concertar una estrategia económica”, dijo el presidente de la JAC de Casuarito.

Héctor Ramírez, habitante de la Inspección, reconoció que a pesar de las ayudas realizadas por parte de la alcaldía de Puerto Carreño y la Gobernación departamental hace dos meses, a la fecha hay hogares con hambre. “La ayuda de la alcaldía ha sido muy insuficiente. La gobernación también vino y priorizaron adultos mayores pero las demás familias de aquí no hemos recibido ningún tipo de ayuda y tampoco podemos salir a buscar nuestros alimentos”, puntualizó Ramírez.

Pero la crisis se agudiza aún más por la insuficiencia de los servicios públicos básicos. Según Hoyos, “solo tenemos electricidad por 8 horas, el agua es insuficiente. Sentimos que estamos pagando una condena, porque debemos estar en casa, sin electricidad, sin agua y sin comida”, agregó el lugareño.

Por ahora, la pesca tampoco es una solución a la crisis comercial y económica, ya que de acuerdo a la regulación, estamos en tiempos de veda.  Para Henry Herrera, del gremio de los pescadores, actualmente la pesca no es rentable. “No se puede pescar ni comercializar el pescado, lo que empeora aún más nuestra situación. Le cuento que no puedo trabajar y tampoco he recibido ninguna ayuda, ni un kilo de arroz. Soy padre de familia y estoy preocupado. Pido al gobierno una pronta solución”, mencionó Herrera.

El sector comercio, que actualmente está compuesto aproximadamente por 38 establecimientos en Casuarito, pide al gobierno evaluar posibles soluciones, entre ellos que se cree un corredor humanitario Puerto Ayacucho (Venezuela) – Casuarito (Colombia) y que cumpla con los estrictos protocolos de bioseguridad de una forma controlada por las autoridades, para que los habitantes del vecino país puedan cruzar a hacer sus compras y los nacionales puedan reactivar el comercio en frontera. Según ellos, esta sería la forma de evitar tanta persecución e irregularidad en la frontera internacional.

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