
El marañón puede ser la gran apuesta del Vichada
Por: Centro de Estudios de la Orinoquia de la Universidad de Los Andes
Una de las apuestas para el departamento del Vichada debería ser la búsqueda para diversificar su oferta y generar múltiples productos de valor agregado que impacten positivamente en el desarrollo territorial y de sus agricultores. El marañón puede ser una de esas apuestas.
El Vichada es el segundo departamento más grande de Colombia, donde la ganadería extensiva, la agricultura y el comercio con Venezuela son sus principales actividades económicas. Este es un departamento que alberga una amplia riqueza hídrica y de biodiversidad, convirtiéndolo en una de las regiones con mayor potencial productivo del país.
De acuerdo con cifras de 2016 de la UPRA (Unidad de Planificación Rural Agropecuaria), del total de 10 millones de hectáreas en el departamento, el 36% es apto para la producción ganadera, agrícola y forestal. De estos, el 14.5% tiene vocación agrícola, lo que incluye la siembra de marañón.
“El Vichada, y la Orinoquia en general, pueden ser una gran despensa de alimentos para el país, sin embargo, la producción agrícola es muy baja. Por ejemplo, para un producto como el marañón no alcanzan a haber alrededor de 3 mil hectáreas sembradas, cuando esta cifra tiene el potencial de ser mucho más alta”, comenta Carlos Montenegro, director del CEO (Centro de Estudios de la Orinoquia) de la Universidad de Los Andes.
Y es que es precisamente esto, lo que el CEO ha venido impulsando de la mano de productores de la región, Agrosavia y la Gobernación del Vichada. A través del proyecto de fortalecimiento de la capacidad de innovación de la cadena de valor agregado del marañón se ha impulsado a pequeños y medianos agricultores a asumir una visión de negocios en cuanto a sus cultivos y trabajar en la capacidad para elevar su productividad y agregar valor a su siembra.

Foto: Centro de Estudios de la Orinoquía
Este proyecto, que se llevó a cabo entre el 2015 y el 2016, significó un cambio en la capacidad de innovación de los productores, a través de mejoras en prácticas como la preparación de suelos, el desarrollo del cultivo, la fertilización, y el manejo de plagas y enfermedades. Así como en la participación en la Rueda de Negocios en Puerto Carreño, que les permitió presentar sus plantaciones y procesos de transformación a importantes compradores.
Y este es solo uno de los proyectos que se están realizando en la región, y que buscan impulsar y aprovechar su vocación agrícola, para que tenga un verdadero impacto en el desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida de sus pobladores.
Sin embargo, existen factores importantes que han retrasado el enorme potencial de la región, como los son las condiciones de aislamiento, la falta de infraestructura, bienes públicos en el departamento y suministro eléctrico, junto con la conectividad de redes.
El Vichada no cuenta con vías formales de acceso terrestres, y las que tiene son trochas precarias, que durante los meses de invierno son casi inaccesibles. Así mismo, la conectividad aérea es igual de carente, contando únicamente con una aerolínea que opera acá. Igualmente, la comunicación de redes, como acceso a internet y telefonía celular ineficiente, entorpece el desarrollo, y más crítico aún, es la falta de suministro de energía, que resulta como un gran limitante para la industria y la optimización de recursos de la región.
A este aislamiento, se le suma también la presencia del conflicto armado en la zona y el tráfico de estupefacientes, que ha convertido al departamento en un corredor estratégico de las rutas del narcotráfico hacia Venezuela, y que influye también en la apropiación ilegal y distribución de grandes extensiones de tierra.
Si bien, el Vichada cuenta con muchas condiciones óptimas para desarrollar y dinamizar su productividad y economía, así como con importantes aliados como lo son Agrosavia y el CEO, es fundamental que exista la voluntad política y de sus dirigentes por reformar y mejorar las problemáticas latentes del departamento como su infraestructura, acceso a servicios básicos, seguridad y distribución de la tierra, entre otras.
“Uno de los factores de éxito del proyecto de marañón que desarrollamos en la región, fue la unión entre todos los actores, que nos permitió articular un enfoque integral y consolidar agronegocios viables y sostenibles. Es por esto que siempre hacemos un llamado a la alineación entre entidades del sector público, privado y la academia, de manera que todos contribuyamos a lograr resultados de alto impacto que sean replicables en toda la región”, concluye Montenegro.