De las armas a la siembra de plantas
Jaime es un hombre joven, con vocación de servicio, respeto por la naturaleza y muchas ganas de salir adelante. En esta nueva etapa de su vida está enfocado en trabajar para demostrarse a sí mismo y a su familia que es capaz de superar cualquier reto que la vida le ponga.
“Yo ingresé al grupo armado siendo menor de edad, porque me ofrecieron una forma de vivir diferente, con más dinero y mejores oportunidades, me envolvieron tanto que cuando me di cuenta ya estaba muy adentro y no había nada que hacer”.
Jaime es oriundo del Quindío, lleva actualmente un proceso exitoso con la Agencia Colombiana para la reintegración (ACR), en el departamento del Meta y cuenta su historia para que los niños y jóvenes no se vean involucrados en círculos de violencia.
Actualmente trabaja en un vivero, ha descubierto un gran gusto por la naturaleza, está concentrado en los procesos de compostaje vegetal para producción de material orgánico. Luego de realizar sus quehaceres, Jaime acude regularmente a una fundación para rehabilitar a personas que han caído en las drogas. “Me gusta ir a la fundación porque en mi casa tenemos problemas de drogadicción con un hermano, y eso es muy difícil para una familia, por eso me siento un poco mejor dando mi aporte allá, hablando con quienes necesitan un consejo o una mano amiga”, dice.
Para Jaime ha sido muy importante el apoyo del dueño del vivero, una persona que conoce su pasado pero aun así le ha dado todas las oportunidades para que aprenda más sobre la siembra de plantas y los diferentes procesos que esto conlleva.
“A Jaime lo conozco hace más de tres años, empezamos a trabajar por recomendación de alguien conocedor del negocio de los viveros, y llevábamos como seis meses trabajando cuando él me contó su historia. La verdad seguimos trabajando pues se ganó mi confianza, es una persona que cumple eficazmente todo lo que se le pide y no hemos tenido ningún tipo de inconveniente”, dice Gustavo Garzón, ingeniero agrónomo, especialista en el área ambiental y jefe de Jaime.
Jaime está a punto de terminar su proceso de reintegración, solo le falta la unidad productiva que espera invertir en herramientas que faciliten su trabajo diario labrando la tierra o podando árboles.