De héroes a villanos
En solo un par de meses los médicos en Colombia pasaron de ser héroes, recibir aplausos y canciones a ser estigmatizados y rechazados por estar en la primera línea de lucha contra el coronavirus.
En Guainía el trabajo de los galenos era bien recibido por la población hasta que se presentó la situación con los primeros seis casos, reportados positivos por el Instituto Nacional de Salud (INS) el 28 de mayo, pero que una semana después, fueron reportados como negativos. Eso generó interrogantes hasta hoy sin respuestas de si esas personas se recuperaron así de rápido o se trató de un error en la toma o procesamiento de las muestras, por consiguiente, los involucrados nunca habrían tenido la enfermedad. En Guainía la mayoría de los habitantes da por cierto esta última posibilidad, pero la respuesta definitiva está en manos del INS.
Camilo Manyoma es uno de los médicos del Hospital Manuel Elkin Patarroyo de Inírida, que se ha encargado de realizar los tamizajes en las diferentes zonas de Guainía. Él reconoce que, hasta antes del suceso de ese primer reporte de positivos, el trabajo era más fácil para ellos. “A raíz de esto y otro tipo de desinformaciones que se han venido dando, hemos encontrado un rechazo dentro de las comunidades y los capitanes de estas áreas han tomado la decisión de no dejarnos entrar”, aseguró.
La gente les estigmatiza y acusa de ser ellos los que, al tomar las pruebas, inoculan el virus. Esa versión corresponde a una de las tantas cadenas falsas que circulan por las redes sociales y termina afectando gravemente la posibilidad de detectar casos de Covid-19.
En esas circunstancias, “hacemos sensibilización con trabajo social, con salud pública y finalmente acceden a tomarse la muestra. Pero no ha sido fácil y realmente las agresiones que ha tenido el personal de salud en el servicio de urgencias cuando se les dice que vamos a tomar la muestra para Covid, han sido recurrentes”, explica Jangyselle Cabeza, médico especialista en medicina familiar y coordinadora del tema Covid en el hospital de la capital de Guainía.
Por realizar su trabajo los médicos del departamento han recibido agresiones de tipo físico y verbal. “En alguna ocasión ocurrió que se lanzaron algunos objetos contundentes contra el personal de salud”, asegura Manyoma.
Jangyselle también ha sido víctima de ese irrespeto. Tuvo que ir junto a dos compañeras a entregar un resultado positivo de una señora y, desde que llegaron fueron objeto de insultos. “Nos empezaron a decir malas palabras, groserías, todo el tiempo decían que nosotros le habíamos inyectado el virus. Cuando dimos la vuelta para regresarnos, nos empezaron a tirar cosas. Venían detrás de nosotros, más de 30 personas. El susto fue tremendo”, manifestó.
En Inírida también se ha estigmatizado al personal de salud en los barrios o comunidades dónde residen. “Hemos tenido casos que les han dicho a las enfermeras que, por ser del hospital, ya no pueden vivir más ahí, tienen que buscar otra parte dónde vivir”, explicó Juan Camilo Piñeros, médico del servicio de urgencias en el Manuel Elkin Patarroyo.
Ese mismo rechazo lo ha sufrido el personal asistencial. “Entre nuestro personal tenemos personal de enfermería o asistencial, que viven en resguardos indígenas y los capitanes o la gente de acción comunal les dicen que no pueden vivir ahí. Es estigmatizante”, aseguró Piñeros.
En el marco de la emergencia a Jangyselle su trabajo le costó su familia. “Me toco salirme de mi casa y me vine a vivir a una de las casas fiscales que tiene el hospital y evitar ir donde mis hijas. No he dormido en mi casa hace 20 días, no he podido compartir con mis hijas, no he podido hacer absolutamente nada en el ámbito familiar”, explicó.
Los médicos coinciden en que más que una lucha directa contra la enfermedad, “la lucha que tenemos ahora en el Guainía con el Covid es hacia la desinformación. La gente cree en Facebook, en el WhatsApp, cree en los rumores, pero no cree en los canales oficiales”, manifestó el médico Manyoma.
En la actualidad, para el personal de salud es más difícil enfrentarse a los prejuicios de la gente que a los retos que provocó una enfermedad desconocida: el Covid-19.
A mi parecer las personas en muchos casos no deben ni tienen porque atacar al personal médico ese es su trabajo, sin embargo soy vecina de un grupo de médicos y enfermeras, los cuales cada 8 días hacen un escándalo, fiesta y reuniones por más que se les llama la policía, les bajan los brekes siguen en su bulla entonces quien es que se cierra la puerta en los sitios son ellos mismos. En tiempos de pandemia no estamos para reuniones sociales