Comunidades indígenas de Vichada dialogaron con delegados de la Unión Europea e instituciones locales sobre estigmatización
El pasado 14 de marzo, representantes de los pueblos indígenas sikuani, kuiba y piapoco del departamento de Vichada se reunieron con instituciones públicas de la región, con la mediación e impulso del embajador de la Unión Europea en Colombia, Gilles Bertrand; la embajadora del Reino de Los Países Bajos, Reina Buijs; y Sonia Barbry, Primera Consejera de la Embajada de Francia en Colombia.
¿La razón? Reconocer cómo la estigmatización y la desinformación ponen en riesgo a sus organizaciones y son un obstáculo para el acceso y garantía de sus derechos.
A su arribo al asentamiento El Trompillo, ubicado en el municipio de La Primavera, la delegación de la Unión Europea fue recibida por mujeres, hombres, niños, niñas y la Guardia Indígena del territorio, con quienes compartieron alimento, haciendo así su primer acercamiento.
“Tener ese contacto directo con ellos en un momento muy especial, como es el almuerzo, es un momento de lazos de amistad para acercarnos”, cuenta Luis Alberto Rincón, integrante del asentamiento Indígena El Trompillo Kwai.
Por su parte, Gilma Caribán Mancipe, lideresa del resguardo indígena de La Llanura, destacó de la jornada que “la Guardia Indígena hizo una calle de honor, se hizo un almuerzo y un momento de compartir y dialogar. Intercambiamos conocimientos, experiencias y saberes. Después del almuerzo fuimos hacia el casco urbano y allí estuvimos exponiendo nuestras necesidades, lo que estamos nosotros padeciendo como comunidad indígena”.
En este evento, el embajador de la Unión Europea en Colombia escuchó de voz de los liderazgos indígenas cuáles han sido sus estrategias de afrontamiento para protegerse como líderes y lideresas, y también para hacer lo propio con sus resguardos y asentamientos, ante los mensajes de estigmatización y desinformación que circulan en la región.
“Priorizamos la palabra estigmatización porque hemos sido atropellados, vulnerados y nos tienen con una imagen negativa: que somos flojos, que somos ladrones, que los de la Guardia Indígena atracan (roban), que nosotras las mujeres queremos superar al hombre, que venimos (a estos eventos) a perder tiempo. Entonces en ese espacio se aclaró, sobre todo, la desinformación de nuestro trabajo y de nuestro proyecto de vida”, recalcó Gilma Caribán.
Las mujeres jóvenes también hicieron parte de este espacio de participación e incidencia, el cual resulta relevante por los altos índices de violencia que enfrentan las personas defensoras de derechos humanos en el país, que según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz – Indepaz, dejó un saldo de 188 de estas personas asesinadas. Esta dura realidad es atravesada por múltiples variables, entre las cuales se encuentran la estigmatización social.
Cuenta Bertha Ligia Peña, del resguardo indígena de La Llanura, que estos espacios les permiten expresar cómo se sienten frente a la realidad de la estigmatización y así ampliar la posibilidad de construir un cambio de pensamiento en las personas del territorio.
“Lo que queríamos expresar a las entidades públicas es cómo estigmatizan a los Guardias Indígenas. Las Guardias Indígenas son ese cuerpo que cuida el territorio”. Por otro lado, Luis Alberto Rincón recordó que “la Guardia Indígena no es como ellos lo determinan (la institucionalidad), no es una amenaza para la sociedad”.
La estigmatización, como tipo de agresión ejercida por parte de algunos portadores de deber, pone en riesgo la seguridad colectiva y tiene impactos y daños emocionales, deterioro de la confianza y debilitamiento de los vínculos comunitarios, así como afectaciones a la identidad indígena, debido a las calificaciones negativas que se les atribuyen.
“Desde la iniciativa que se tiene entre Protection International y Verdad Abierta, gracias al financiamiento del FPI de la Unión Europea en Colombia, es crear espacios de diálogo con autoridades que contribuyan precisamente a evidenciar y mostrar los impactos que tienen la estigmatización y la desinformación para la defensa de derechos humanos”, dijo Julián García, Oficial de Protección en Protection International.
La valentía, el compromiso y resistencia de las Guardias Indígenas en la defensa del territorio, el derecho propio y la autonomía, el orgullo que significa ser descendientes de pueblos originarios, resguardar y perpetuar su cultura y sabiduría ancestral mediante la lengua materna, fueron algunos de los temas con los que las comunidades indígenas motivaron a las personas asistentes al encuentro a ser parte del compromiso de crear espacios seguros para contar esas otras narrativas.
“Seguiremos trabajando por tener espacios en los que participemos liderazgos que caminamos la palabra y que nos ayudemos los unos a los otros”, manifiesta Jhon Alexander Gaitán, líder indígena del asentamiento El Trompillo.
Así mismo, al cierre del encuentro las mujeres y hombres indígenas de Vichada, dejaron una invitación para aunar esfuerzos y seguir trabajando en Únuma en pro del bienestar colectivo y en contra de la estigmatización y la desinformación.
“Para nosotros y nosotras, las indígenas, la palabra Únuma es mágica: unidad, colectivo, unámonos, fuerza, protección, jamás separarnos porque eso nos hace fuertes y estos encuentros nos permiten fortalecernos y buscar el bien común”, resaltó Gilma Caribán.
Este encuentro fue posible en el marco del proyecto Desinformación y estigmatización: cambiando las narrativas locales en Colombia, financiado por el FPI de la Unión Europea; así como por el proyecto Mujeres Amazónicas Defensoras de los DD.HH. y la Paz, financiado por Pan para el Mundo.